Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Salmos 85:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

4 Ahora regresa a nosotros, Dios de nuestra salvación. Haz a un lado tu enojo contra nosotros.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

4 Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación, Y haz cesar tu ira de sobre nosotros.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Ahora, restáuranos, oh Dios de nuestra salvación; aparta tu enojo de nosotros una vez más.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Restablécenos, Dios, salvador nuestro, pon fin a tu resentimiento con nosotros.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

4 Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación, Y haz cesar tu ira de sobre nosotros.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 tú reprimes tu enojo, retornando del fuego de tu ira.

Féach an chaibidil Cóip




Salmos 85:4
17 Tagairtí Cros  

En ti confío, mi Dios. No permitas que me humillen. No dejes a mis enemigos que se alegren en mi derrota.


El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor me protege del peligro, ¿quién podrá amedrentarme?


Pero él fue misericordioso; les perdonaba sus pecados y no los destruía. Una y otra vez contuvo su ira.


Vuélvenos de nuevo a ti, oh Dios Todopoderoso. Míranos con rostro resplandeciente; sólo entonces seremos salvos.


Restaúranos, oh Dios. Derrama sobre nosotros tu mirada; sólo entonces seremos salvos.


Vuélvenos de nuevo a ti, oh Dios Todopoderoso. Derrama sobre nosotros tu mirada; sólo entonces seremos salvos.


No será por mucho tiempo; dentro de poco cesará mi ira contra ti y se encenderá contra ellos para destruirlos».


En aquel día dirán: ―¡Alaben al Señor! Estuvo airado conmigo, pero ahora me consuela.


He oído los gemidos de Efraín: «Gravemente me has castigado; pero yo lo necesitaba, así como hay que amansar al ternero para el yugo. ¡Vuélveme otra vez a ti y restáurame, pues sólo tú eres el Señor, mi Dios!


¡Haznos volver a ti, Señor, y volveremos! ¡Devuélvenos la alegría que antes teníamos!


Sabemos que eres bondadoso, Señor. Deja de descargar tu gran cólera contra Jerusalén, tu ciudad querida, asentada en tu monte santo. Todos los pueblos vecinos se burlan de Jerusalén y de tu pueblo, por culpa de nuestras maldades y las de nuestros antepasados.


No dejaré que mi cólera se desate contra Efraín y lo destruya, pues yo soy Dios y no un hombre. Yo soy el Santo que vivo entre ustedes, y no he venido para destruirte».


Pero yo he puesto toda mi confianza en el Señor; yo confío en que Dios me salvará de cualquier peligro, y estoy seguro que siempre escucha mis ruegos.


Su predicación hará que los padres y los hijos se reconcilien, que lleguen a compartir las mismas buenas intenciones y sean impulsados por las mismas buenas motivaciones. Así, cuando yo llegue, no tendré que castigarlos, destruyendo completamente su país».


Ustedes adoran lo que no conocen, pero nosotros adoramos lo que conocemos, pues la salvación viene de los judíos.


e hicieron un gran montón de piedras sobre ellos. Las piedras todavía están allí hasta el día de hoy, y ese lugar aún es conocido como el valle de la Calamidad. Entonces el Señor calmó su ira.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí