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Salmos 43:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Porque tú eres Dios, mi único refugio. ¿Por qué me has echado a un lado? ¿Por qué tengo que llorar oprimido por mis enemigos?

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Biblia Reina Valera 1960

2 Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Pues tú eres Dios, mi único refugio seguro. ¿Por qué me hiciste a un lado? ¿Por qué tengo que andar angustiado, oprimido por mis enemigos?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Si tú eres el Dios de mi refugio: ¿por qué me desamparas? ¿por qué tengo que andar tan afligido bajo la presión del enemigo?

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Pues Tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿Por qué me has desechado? ¿Por qué ando afligido por la opresión del enemigo?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Tú eres, en verdad, mi divino refugio. ¿Por qué, pues, me rechazas? ¿Por qué tendré que andar sombrío, con la opresión del adversario?

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Salmos 43:2
17 Tagairtí Cros  

Luego David se dirigió a Salomón y le dijo: «Salomón, hijo mío, dedícate a conocer al Dios de tus padres; adóralo y sírvele con un corazón limpio y una correcta disposición, porque el Señor ve todo corazón, y entiende y conoce todo pensamiento. Si tú lo buscas, lo encontrarás; pero si tú lo abandonas, él te desechará por completo.


Señor soberano, mi salvador poderoso que me protege en el día de la batalla.


Él es mi fuerza, el escudo que me protege de todo peligro. En él confié y él me ayudó. En mi corazón hay tanto gozo que prorrumpo en un cántico de alabanza a él.


Líbrame de la trampa que mis enemigos han armado para mí. Porque sólo en ti hallo protección.


Sus burlas me traspasan como fatal herida no se cansan de preguntarme burlándose: «¿Dónde está ese Dios tuyo?».


«¡Oh Dios, Roca mía!», clamo, «¿por qué me has abandonado? ¿Por qué tengo que sufrir estos ataques de mis enemigos?».


Y sin embargo, por un tiempo, Señor, nos has echado a un lado con deshonra, sin salir con nuestros ejércitos a la batalla.


Y ahora, en mi vejez, no me eches a un lado. No me abandones ahora que las fuerzas me faltan.


¿Me ha rechazado para siempre el Señor? ¿Nunca más me mostrará su buena voluntad?


Desde mi juventud he sido enfermizo y he estado cercano a la muerte. Me has enviado cosas terribles, y ante eso estoy indefenso y desesperado.


El Señor no abandonará a su pueblo; porque son su especial propiedad.


El Señor es mi fortaleza, mi cántico y mi salvación. Lo alabaré, porque él es mi Dios. Lo exaltaré, porque él es el Dios de mis padres.


Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas: emprenderán vuelo como si tuvieran alas de águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no desfallecerán.


«En el Señor reside toda mi justicia y fortaleza», dirá todo el pueblo. Y todos los que contra él estaban enojados, acudirán a él avergonzados.


»Yo mismo fortaleceré a mi pueblo, y haré que avancen confiados en mi permanente ayuda. Lo afirmo yo, que soy el Señor Todopoderoso».


Por último, recuerden que su fortaleza debe venir del gran poder del Señor.


Todo lo puedo en Cristo que me da fortaleza.


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