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Salmos 39:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 »Líbrame de ser vencido por mis pecados, pues entonces aun los necios se burlarán de mí.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Líbrame de todas mis transgresiones; No me pongas por escarnio del insensato.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Rescátame de mis rebeliones. No permitas que los necios se burlen de mí.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 No consideres todos mis pecados, no me avergüences ante el insensato'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Líbrame de todas mis trasgresiones, No me pongas por escarnio del insensato.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Y con esto, Señor, ¿qué puedo yo esperar? Mi esperanza está en ti.

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Salmos 39:8
19 Tagairtí Cros  

Ayúdame a dejar mis vergonzosos caminos; porque tus leyes son todo lo que quiero en la vida.


Espero al Señor, más que los centinelas al amanecer; sí, más que los centinelas esperan al amanecer.


Él mismo rescatará a Israel de las cadenas del pecado.


Pero ¡ay, Señor, mis pecados! ¡Cuántos son! ¡Perdónamelos por amor a tu nombre!


Siente mis dolores; fíjate en mis angustias; perdona mis pecados.


A gritos afirman haberme visto hacer el mal. «¡Ajá!», dicen, «con nuestros propios ojos te vimos hacerlo».


Las naciones vecinas se ríen y se mofan de nosotros por todo el mal que nos has enviado.


Perdóname por derramar sangre, Dios de mi salvación; entonces gozoso cantaré de tu perdón.


De lo alto enviará ayuda para salvarme, me librará de aquellos que quieren atraparme. Dios enviará su amor y su verdad.


Aunque los pecados llenen nuestro corazón, tú los perdonas todos.


Nuestros vecinos se mofan de nosotros; somos el centro de las burlas de quienes nos rodean.


Los sacerdotes, ministros de Dios, se pararán entre el pueblo y el altar, llorando, y orarán diciendo: «Señor nuestro, perdona a tu pueblo, no permitas que los paganos reinen sobre nosotros, pues tú eres también su dueño. Que no se burlen de tu pueblo los paganos, y digan: “¿Dónde está ese Dios de ellos? ¡Qué débil e inútil debe de ser!”».


El Señor responderá: «Vean, yo les envío mucho trigo, vino y aceite para satisfacer plenamente su necesidad. Ya no los haré el hazmerreír entre las naciones.


Una vez más ten compasión de nosotros y borra de tus registros nuestras faltas. ¡Olvídate de nuestras maldades como si hubieran sido echadas para siempre en lo más profundo del mar!


María tendrá un hijo y lo llamarán Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».


Él se entregó a la muerte por nosotros para poder rescatarnos de todas nuestras iniquidades y convertirnos en un pueblo que fuera suyo, dedicado a hacer el bien.


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