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Salmos 34:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

4 Porque clamé a él y él me respondió. Me libró de todos mis temores.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Oré al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Busqué al Señor y me dio una respuesta y me libró de todos mis temores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 d Busqué a YHVH y Él me respondió, Y me libró de todos mis temores.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Guímel. Alabad conmigo al Señor, ensalcemos al unísono su nombre.

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Salmos 34:4
20 Tagairtí Cros  

y le dio un mensaje para el rey Asá. Entonces Azarías fue a encontrar al rey Asá, y le dijo: «¡Escúchame, rey Asá! ¡Escuchen, Judá y Benjamín! ¡El Señor estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él! ¡Todas las veces que lo busquen, lo encontrarán! Pero si lo abandonan, él también los abandonará a ustedes.


En mi angustia clamé al Señor pidiendo ayuda. Y él me escuchó desde su templo; mi clamor llegó a sus oídos.


Porque no ha desdeñado mi clamor ni mi profunda desesperación; no me ha vuelto la espalda ni se ha alejado. Cuando clamé a él, me escuchó y acudió.


Hablé a la ligera cuando dije: «El Señor me ha abandonado», pues tú escuchaste mi plegaria y me respondiste.


Pero concede gran gozo a los que me desean el bien. Que clamen ellos con júbilo: «¡Grande es el Señor que se deleita en auxiliar a su siervo!».


En cuanto a mí, pobre soy, y menesteroso, pero en este instante Dios piensa en mí. ¡Dios mío, tú eres mi auxilio! Tú eres mi salvación. ¡Ven pronto, y sálvame! ¡No te demores, por favor!


Por eso no temeremos aunque el mundo se desintegre y los montes se derrumben y caigan al mar.


Pero cuando tenga miedo, pondré mi confianza en ti.


¡Miren! ¡Dios ha acudido a salvarme! Estaré confiado y no temeré, porque el Señor es mi fuerza y mi canción, ¡él es mi salvación!


«En medio de mi gran angustia clamé al Señor, y él me respondió. Estando ya muy cerca de morir te pedí ayuda, y tú, Señor, oíste mi súplica.


»Pidan y se les concederá lo que pidan. Busquen y hallarán. Toquen y se les abrirá la puerta.


»Por eso yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.


El Espíritu que es don de Dios, no quiere que temamos a la gente, sino que tengamos fortaleza, amor y dominio propio.


Cuando Cristo estaba en la tierra, con voz fuerte y muchas lágrimas ofreció ruegos y súplicas a Dios, quien podía librarlo de la muerte. Y Dios escuchó sus oraciones en virtud de su ferviente deseo de obedecer a Dios.


Pero David se dijo: «Algún día Saúl me va a encontrar y me dará muerte, por lo tanto me iré a territorio de los filisteos hasta que Saúl deje de buscarme. Sólo así volveré a tener seguridad».


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