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Salmos 32:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 Hubo un tiempo en que yo rehusaba reconocer lo pecador que era. Pero era yo débil y miserable y gemía todo el día.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Hasta que no lo confesaba, se consumían mis huesos, gimiendo todo el día.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Mientras callé, se consumieron mis huesos, En mi gemir todo el día.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Mientras quise callar, mis huesos se gastaban en llanto todo el día;

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Salmos 32:3
26 Tagairtí Cros  

Pasado el tiempo del duelo, David ordenó que se la llevaran al palacio, y la hizo su esposa. En el tiempo señalado, ella dio a luz un hijo. Pero al Señor no le agradó lo que David había hecho.


Los suspiros no me dejan comer; mis gemidos se derraman como agua.


Mis noches fatigosas están llenas de dolor, como si algo me perforara implacablemente los huesos.


Tengo la piel negra, y se me está cayendo. Los huesos me arden de fiebre.


¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué te niegas a ayudarme y ni siquiera escuchas mis gemidos?


Por tu ira tengo el cuerpo enfermo; mi salud está quebrantada bajo mis pecados.


Estoy agotado y agobiado; mi corazón gime desesperado.


Devuélveme mi gozo y alegría; me has quebrantado, ahora déjame gozarme.


Ten piedad de mí, oh Señor, porque soy débil. Sáname, pues mi cuerpo está en agonía,


El corazón alegre es una buena medicina, pero el ánimo triste debilita el cuerpo.


El que disimula su pecado no prosperará; pero el que lo confiesa y lo deja, obtendrá misericordia.


Porque tus hijos, sin fuerzas, están tirados por las calles, indefensos como venados atrapados en la red. Contra ti ha derramado el Señor su furia y reprensión.


Estuve airado y herí a estos hombres codiciosos, pero ellos continuaron pecando, haciendo cuanto su malvado corazón anhelaba.


Dan rugidos como osos hambrientos; se quejan con gemidos lastimeros como palomas. Buscan a Dios para que los proteja, pero él se abstiene, él les ha vuelto la espalda,


Han expulsado a Judá de su propio territorio y la han sometido a trabajos forzados y dolorosos. Sus enemigos la alcanzaron y la llenaron angustia.


Me ha hecho sufrir tanto que hasta me veo avejentado y estoy lleno de tristeza.


¡Por más que grite y clame no me pone nada de atención!


»Se acuestan en sus camas a gemir por su desgracia, pero no oran a mí con sinceridad. Cuando no tienen trigo ni vino, se hacen heridas en el cuerpo para solicitar ayuda a los ídolos, y no dejan de ser rebeldes.


Después sepultaron sus huesos debajo de una encina en Jabés y ayunaron durante siete días.


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