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Salmos 3:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

7 «¡Levántate, oh Señor! ¡Sálvame, Dios mío!». ¡Rómpele la quijada a mi enemigo! ¡Rómpele los dientes a los malvados!

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

7 Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 ¡Levántate, oh Señor! ¡Rescátame, Dios mío! ¡Abofetea a todos mis enemigos! ¡Destroza los dientes de los malvados!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 ¡Levántate, Señor! ¡Sálvame, oh Dios mío! Tú golpeas en la cara a mis enemigos y a los malvados les rompes los dientes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 ¡Levántate, oh YHVH, y sálvame Dios mío! Porque Tú eres el que golpea a todos mis enemigos en la mejilla, Y quebrantas los dientes de los malvados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Yo no temo las populosas multitudes, apostadas, en torno, contra mí.

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Salmos 3:7
17 Tagairtí Cros  

La batalla se extendió a través de todo el país, y fueron más los que se perdieron en el bosque que los que murieron a espada.


La gente se mofa de mí abiertamente; burlones, me dan de bofetadas, y todos juntos se ponen en mi contra.


Quebranté los colmillos de los impíos opresores y los obligué a soltar a sus víctimas.


¡Levántate, oh Señor! ¡Oh Dios, aplástalos! No te olvides de los indefensos.


El Señor responda: «Yo me levantaré y defenderé a los oprimidos, a los pobres, a los necesitados. Los rescataré como ellos anhelan».


Sí, aunque un poderoso ejército marche contra mí, mi corazón no abrigará temor. Aunque ellos me ataquen, confío en Dios.


¡Despierta, Señor, Dios mío! ¡Vindícame!


¡Despierta! ¡Levántate! ¡No duermas, Señor! ¿Nos has desechado para siempre?


Oh Dios; rómpele los colmillos. ¡Arráncales los dientes a estos leoncillos, Señor!


Tú, Señor, eres el Dios Todopoderoso, ¡eres el Dios de Israel! ¡Despiértate y castiga a todas las naciones; no tengas compasión de esos viles traidores!


Ven, Señor, y sáname. Sálvame por tu misericordia.


¡Pero, Señor, levántate airado contra la furia de mis enemigos! ¡Despierta! Exige que se me haga justicia, Señor.


¿Por qué detienes tu poderosa mano derecha? Dales con tu puño el golpe definitivo.


Te levantas para castigar a los malhechores, oh Dios, y para rescatar a los pobres de la tierra.


¡Despierta, oh Señor! ¡Levántate y vístete con tu manto de fortaleza! ¡Álzate como antaño, cuando destruiste a los egipcios!


Que ponga su mejilla a quienes lo hieren, y que soporte sus insultos,


¡Pobre de ti, Babilonia, que le dices a tus ídolos muertos que te salven! ¡Pobre de ti, que le pides a la piedra muerta que te diga lo que has de hacer! ¿Acaso crees que las imágenes de madera pueden hablar? Aunque están recargadas de oro y plata, no tienen vida.


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