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Salmos 22:21 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

21 Sálvame de las fauces de estos leones y de los cuernos de estos toros salvajes.

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Biblia Reina Valera 1960

21 Sálvame de la boca del león, Y líbrame de los cuernos de los búfalos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Arrebátame de las fauces del león y de los cuernos de estos bueyes salvajes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Sálvame de la boca del león, y de los cuernos del toro lo poco que soy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 ¡Sálvame de la boca del león Y de los cuernos de los toros salvajes! ¡Me has respondido!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 Salva mi vida de la espada, de la garra del mastín, mi bien único;

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Salmos 22:21
12 Tagairtí Cros  

Señor, ¿hasta cuándo te vas a quedar allí, sin hacer nada? Intervén ahora y líbrame, porque sólo tengo una vida, y estos leones están prontos a devorarla.


Morirán los más vigorosos, tanto entre los muchachos como entre los veteranos. La tierra quedará empapada en sangre y el suelo rebosante de grasa.


Dios los sacó de Egipto. Israel tiene la fortaleza del búfalo.


Yo estaba con ustedes en el templo todos los días, y sin embargo, no se atrevieron a arrestarme. Pero esta es ya la hora de ustedes, hora en que reinan las tinieblas.


Ya no hablaré mucho con ustedes, porque viene el príncipe de este mundo. Él no tiene poder sobre mí,


Entonces los judíos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.


»Eso es exactamente lo que está sucediendo en esta ciudad: el rey Herodes, el gobernador Poncio Pilato y los demás romanos, así como el pueblo de Israel, están unidos contra Jesús, tu ungido, tu santo siervo.


Es como un toro joven con toda su fortaleza y esplendor, con los cuernos fuertes de un búfalo para pelear contra las naciones de la tierra. Esta es mi bendición para las multitudes de Efraín y para los millares de Manasés».


Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para predicar el mensaje que todos oyeron. Dios me libró de la boca del león.


Tengan cuidado y estén siempre alertas, pues su enemigo, el diablo, anda como león rugiente buscando a quién devorar.


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