Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Salmos 22:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué te niegas a ayudarme y ni siquiera escuchas mis gemidos?

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda?

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me abandonaste? ¡Las palabras que lanzo no me salvan!

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

1 Al director del coro. Sobre Aye-let Hashajar.° Salmo de David. ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado?° ¿Por qué estás lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Del director. Sobre 'la cierva de la aurora'. Salmo. De David.

Féach an chaibidil Cóip




Salmos 22:1
23 Tagairtí Cros  

Los suspiros no me dejan comer; mis gemidos se derraman como agua.


Señor, ¿por qué te retraes y te mantienes alejado? ¿Por qué te ocultas cuando más te necesito?


¡Sálvame, oh Dios, pues acudo a tu amparo!


No me abandones ahora, cuando la tribulación está próxima y ningún otro puede ayudarme.


Mis enemigos me rodean, me rodean como perros en jauría; me ha cercado una banda de malvados; me han traspasado las manos y los pies.


No me dejes sufrir la misma suerte de los pecadores; no me condenes junto con los asesinos.


Porque el Señor ama la justicia y la rectitud. Nunca abandonará a su pueblo. Ellos serán eternamente guardados a salvo; pero los hijos de los que aman la maldad perecerán.


Estoy agotado y agobiado; mi corazón gime desesperado.


«Y dicen: ¡Dios lo ha abandonado! Ahora le echaremos mano. No hay quien lo ayude».


porque yo les ofrezco liberación, no en un futuro lejano, sino ahora mismo! Presto estoy para salvarlos, y restauraré a Jerusalén y a Israel, gloria mía.


Dan rugidos como osos hambrientos; se quejan con gemidos lastimeros como palomas. Buscan a Dios para que los proteja, pero él se abstiene, él les ha vuelto la espalda,


Hay que partirla en pedazos y echarle aceite encima. Es una ofrenda de cereal.


Cerca de las tres, Jesús gritó: ―Elí, Elí ¿lama sabactani? (Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?)


A esta hora Jesús gritó con fuerza: —Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?)


Estaba tan angustiado, que se puso a orar con más intensidad, y su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre.


―Recuerden que cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.


No amen el dinero. Estén contentos con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré».


Cuando Cristo estaba en la tierra, con voz fuerte y muchas lágrimas ofreció ruegos y súplicas a Dios, quien podía librarlo de la muerte. Y Dios escuchó sus oraciones en virtud de su ferviente deseo de obedecer a Dios.


El Señor no abandonará a su pueblo escogido, porque ello deshonraría su gran nombre. Él los ha hecho una nación especial simplemente porque él lo ha querido.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí