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Salmos 19:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

9 El temor del Señor es puro: permanece para siempre. Los decretos del Señor son verdaderos y justos.

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Biblia Reina Valera 1960

9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 La reverencia al Señor es pura; permanece para siempre. Las leyes del Señor son verdaderas; cada una de ellas es imparcial.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 El temor del Señor es un diamante, que dura para siempre; los juicios del Señor son verdad, y todos por igual se verifican.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 El temor de YHVH es limpio, Permanece para siempre, Los juicios de YHVH son verdad, Todos justos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 sus mandatos son rectos, alegran las entrañas; sus preceptos son puros, iluminan los ojos,

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Salmos 19:9
36 Tagairtí Cros  

―¡Suelta el cuchillo! No le hagas ningún daño al muchacho —le dijo el ángel—. Ahora sé que de verdad tienes temor de Dios, porque no te negaste a darme a tu único hijo.


Al tercer día les dijo: ―Yo soy hombre temeroso de Dios. Por eso les voy a dar una oportunidad de probar lo que afirman.


Pero en cuanto yo me haya ido, el Espíritu del Señor se lo llevará a usted a quién sabe qué lugar, y cuando Acab venga y no lo encuentre, me matará. Usted bien sabe que yo he sido un verdadero siervo del Señor toda mi vida.


En cambio, los gobernadores que habían estado antes de mí habían exigido alimento, vino y cuatrocientos ochenta gramos de plata, y habían puesto la población a merced de sus ayudantes, quienes los maltrataban. Pero yo obedecí a Dios y no actué de esa manera.


No obstante, todo cuanto emprenden les sale bien. No ven el castigo tuyo que les espera.


El principio de la sabiduría es el temor al Señor. La recompensa para todos los que lo obedecen es la sabiduría. ¡Alabemos su nombre por siempre!


y a todos, grandes y pequeños que le temen.


Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor.


Lo prometí una vez y lo prometeré otra vez: que obedeceré tus maravillosas leyes.


Tus decretos son mi tesoro; son el deleite de mi corazón.


Tu justicia es eterna, y tu ley es la verdad.


Ayúdame a dejar mis vergonzosos caminos; porque tus leyes son todo lo que quiero en la vida.


A media noche me levantaré para darte gracias por tus leyes justas.


Cuando aprenda tus leyes justas, te mostraré mi gratitud viviendo como debo.


Señor, yo sé que tus juicios son justos, y que me disciplinaste porque lo necesitaba.


Señor, sabemos que para siempre guardarás a los tuyos del poder de los malos,


A Jacob le ha revelado sus palabras; sus leyes y decretos a Israel.


En el fondo del corazón de los malvados acecha el pecado. No tienen temor de Dios que los refrene.


Tu justicia es como tus poderosos montes. Tus juicios como las profundidades del océano. Por igual te preocupas de los hombres y los animales.


»Estas son otras leyes que deben obedecer:


El que teme al Señor aborrece el mal; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el hablar perverso.


¡Oh Señor, nos deleita cumplir tu voluntad! ¡El anhelo de nuestro corazón es hacer famoso tu nombre!


Nunca hablo en secreto, ni murmuro palabras en algún rincón oscuro. ¡No le dije a Israel que me pidiera lo que no pensaba darle! ¡No, porque yo, el Señor, hablo solamente verdad y justicia!


Entonces le contaron cómo a Cornelio, oficial del ejército romano, hombre bueno y piadoso, de buena reputación entre los judíos, un ángel le había ordenado que mandara a buscar a Pedro para que le dijera lo que Dios quería de él.


Fíjate que Dios es a la vez bondadoso y severo. Aunque es severo contra los que lo desobedecen, es bondadoso contigo. Pero si no vives de acuerdo con su bondad, también te cortará.


Y sabemos que Dios, en su verdad, castigará a cualquiera que actúe de esa forma.


¿Qué nación, no importa cuán grande sea, tiene leyes tan justas como las que les estoy dando hoy?


y cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero: «Formidables y maravillosas son tus obras, Señor, Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones.


Y oí que el ángel del altar decía: «Sí, Señor, Dios Todopoderoso, tus castigos son justos y verdaderos».


porque juzga con justicia y verdad. Ha castigado a la gran prostituta que corrompía la tierra con sus pecados, y ha vengado la sangre de sus siervos que ella derramó».


Confíen en él y adórenlo con sinceridad. Piensen en las grandes cosas que ha hecho por ustedes.


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