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Salmos 10:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

9 Como leones, se agazapan silenciosos en espera de lanzarse sobre los indefensos. Como cazadores, hacen caer a sus víctimas en sus trampas.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

9 Acecha en oculto, como el león desde su cueva; Acecha para arrebatar al pobre; Arrebata al pobre trayéndolo a su red.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Como leones agazapados en sus escondites, esperan para lanzarse sobre los débiles. Como cazadores capturan a los indefensos y los arrastran envueltos en redes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 sus ojos espían al indigente, acecha como león en la espesura, listo para atrapar al desdichado, lo atrapa y luego lo arrastra con su red.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Acecha en lo encubierto, como el león desde su guarida, Acecha para arrebatar al pobre, Arrebata al pobre, atrayéndolo a su red.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 A escondidas pone trampas, cual león en madriguera, tiende insidias para cazar al afligido, le aprisiona, arrastrándole en sus redes.

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Salmos 10:9
28 Tagairtí Cros  

Porque él defiende al necesitado, para salvarlo de quienes lo condenan.


El Señor responda: «Yo me levantaré y defenderé a los oprimidos, a los pobres, a los necesitados. Los rescataré como ellos anhelan».


Esos orgullosos me han tendido una trampa; han puesto los lazos de su red, han tendido trampas a lo largo de mi camino.


Son como leones ansiosos de destrozarme; como leoncillos agazapados en busca de su oportunidad.


De lo profundo de mi corazón sube esta alabanza: «¿Quién como tú, Señor? ¿Qué otro protege del fuerte al débil y desvalido, y al pobre y menesteroso de quienes desean despojarlos?».


Los malvados apuntan el arma para matar al pobre; están listos para asesinar a los que hacen el bien.


Me acechan para darme muerte. Hombres vigorosos están allí a la espera. Y no es, Señor, porque yo les haya hecho mal alguno.


El que oprime al pobre ofende a su Creador, pero honra a Dios quien se apiada del necesitado.


El que enriquece oprimiendo al pobre y dando regalos a los ricos, terminará en la pobreza.


El gobernante malvado es tan peligroso para los pobres como el león rugiente o el oso hambriento.


«¿Cómo se atreven a moler a mi pueblo así en el polvo?», les dirá el Señor Todopoderoso.


Se descubrirán las triquiñuelas de los malvados, así como las mentiras con las cuales oprimían a los pobres en los tribunales.


Hay entre mi pueblo hombres perversos que acechan víctimas como lo hace un cazador oculto. Arman trampas y redes con mucha habilidad. ¿Y qué es lo que atrapan? ¡Personas!


Me acecha como un oso, como un león, listo para atacarme.


Aun la gente común oprime y roba a los pobres y necesitados y cometen extorsión contra los extranjeros.


¿Acaso ruge el león en la selva si no ha cazado un animal? ¿Acaso gruñe el cachorro de león en su cueva, si no tiene una presa para comer?


Ya no hay gente honrada en este país. ¡Ya no queda en este país ni una sola persona que practique la justicia! Son todas homicidas, que se vuelven contra sus propios familiares. ¡Unos a otros buscan hacerse daño!


Los babilonios atrapan a las naciones como si fueran peces, y al verlas en sus redes, se llenan de alegría.


»Destruiste con sus propias armas a los que salieron como un torbellino, dispuestos a atacarnos y a sacarnos de nuestra tierra. Salieron contra nosotros muy contentos y confiados, pues creían que nos podían derrotar fácilmente.


¡Se escucha el llanto de los pastores al ver cómo desaparece la pradera! ¡Se oye el rugido triste de los leones que quedan en desamparado! ¡La llanura fértil del Jordán se ha convertido en paraje desolado y triste!


El que trabaja por un salario no es el pastor, y las ovejas no le pertenecen a él. Por eso, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye. Entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa por todos lados.


No les haga caso. En el camino habrá más de cuarenta hombres escondidos que lo estarán esperando. Ellos han jurado que no comerán ni beberán hasta que lo hayan matado, y que les caerá una maldición si no lo hacen. Ya están listos, sólo esperan que usted les conceda lo que le piden.


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