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Proverbios 4:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

18 La senda de los justos se parece a los primeros rayos de luz del amanecer, que brillan cada vez más hasta que es pleno día.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 El camino de los justos es como la primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 El camino de los justos es como la luz de la aurora: su resplandor va aumentando hasta el mediodía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 La senda de los justos es como la luz del alba, que aumenta en claridad hasta el pleno día;

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Proverbios 4:18
25 Tagairtí Cros  

será como la luz de la mañana cuando sale el sol en una mañana sin nubes, que resplandece después de la lluvia, y hace que la hierba brote en la tierra”.


Y no habrá nubarrones en tu vida; toda oscuridad se transformará en luminosa mañana.


los justos progresarán y marcharán adelante; los de corazón puro serán cada vez más vigorosos y fuertes.


Pero él conoce cada detalle de lo que a mí me ocurre; y cuando me haya examinado, me declarará completamente inocente: tan puro como oro macizo.


Continuamente crecerán en fortaleza y cada uno se presentará ante Dios en Sion.


La luz resplandece sobre los justos y la alegría sobre los que hacen lo recto.


La luz de los justos brilla intensamente, pero los malvados son como lámpara apagada.


El camino de los sabios sube hacia la vida, y los libra de bajar al sepulcro.


Sigue el ejemplo de los justos y compórtate como lo hacen los rectos.


Entonces comprenderás lo que es recto y justo, y sabrás tomar la decisión correcta cada vez que lo necesites.


Pero el camino de los buenos no es áspero ni empinado; Dios no les da una senda traicionera y áspera, sino una que ha sido por él mismo allanada.


»”Y aquellos que son sabios brillarán como brilla la bóveda celeste, y los que enseñen a muchos la práctica de la justicia resplandecerán por siempre, como lo hacen las estrellas.


¡No nos cansemos de ir en busca del Señor! Si lo hacemos, podemos estar seguros de que él vendrá a nuestro encuentro. Eso es tan seguro como el hecho de que el sol alumbra cada día. Eso será así, tan seguro como el hecho de que la lluvia cae en el tiempo oportuno y riega la tierra».


»Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no puede esconderse.


¡Así dejen ustedes brillar su luz ante toda la gente! ¡Que las buenas obras que ustedes realicen brillen de tal manera que la gente adore al Padre celestial!


De esta forma estarán actuando como hijos de su Padre que está en el cielo, porque él da la luz del sol a los malos y a los buenos y envía la lluvia a los justos y a los injustos.


Jesús, una vez más le habló a la gente diciendo: ―Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, porque tendrá la luz de la vida.


Así que todos nosotros, con el rostro descubierto, reflejamos la gloria del Señor como si fuéramos espejos. Y el Espíritu del Señor nos va transformando de gloria en gloria, y cada vez nos parecemos más a él.


para que nadie pueda reprocharles nada y sean hijos de Dios sin culpa en medio de gente mala y perversa. Entre esa gente ustedes brillan como estrellas en el firmamento.


Así comprobamos el cumplimiento de las profecías, y ustedes hacen bien en examinarlas cuidadosamente. Ellas son como antorchas que disipan la oscuridad, hasta que el día esclarezca y la estrella de la mañana brille en sus corazones.


Más bien, crezcan en el amor y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea dada la gloria ahora y hasta la eternidad! Amén.


La ciudad no necesita que el sol ni la luna la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera.


No existirá la noche y por lo tanto no se necesitarán lámparas ni sol, porque Dios, el Señor, los iluminará; y reinarán durante toda la eternidad.


»Oh Señor, que todos tus enemigos perezcan como Sísara; pero los que aman al Señor resplandezcan como el sol a mediodía». Después de esto hubo paz en el país durante cuarenta años.


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