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Proverbios 22:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

23 Porque defensor suyo es el Señor, y él lastimará a quienes los lastimen.

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Biblia Reina Valera 1960

23 Porque Jehová juzgará la causa de ellos, Y despojará el alma de aquellos que los despojaren.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 porque el Señor es su defensor. Él destruirá a todo el que los destruya.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Porque Yavé se pondrá de su lado y se hará el opresor de sus opresores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Porque YHVH defenderá su causa, Y quitará la vida a los que la quitan a otro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 pues Yahveh defenderá su causa y despojará a quienes lo despojan.

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Proverbios 22:23
23 Tagairtí Cros  

Él hace justicia a cuantos son tratados injustamente.


El Señor responda: «Yo me levantaré y defenderé a los oprimidos, a los pobres, a los necesitados. Los rescataré como ellos anhelan».


Segura es la promesa del Señor, como plata siete veces refinada.


Pero el Señor ciertamente auxiliará a los perseguidos por aquellos; él mantendrá los derechos de los pobres.


Ciertamente los justos están alabando tu nombre y vivirán en tu presencia.


Señor, defiéndeme de los que me atacan; combate a los que me combaten.


De lo profundo de mi corazón sube esta alabanza: «¿Quién como tú, Señor? ¿Qué otro protege del fuerte al débil y desvalido, y al pobre y menesteroso de quienes desean despojarlos?».


¡Oh Dios, defiéndeme de las acusaciones de estos implacables hombres mentirosos!


Él es padre del huérfano; él hace justicia a las viudas, es Dios en su santa morada.


»No hagan daño alguno a la viuda o al huérfano.


Si lo hacen, y ellos claman a mí pidiendo ayuda, ciertamente los ayudaré.


La violencia de los malvados se volverá contra ellos, por no haber querido practicar la justicia.


porque su Defensor es muy poderoso, él mismo será tu acusador.


¡Ay de ustedes, asirios, que lo han destruido todo a su alrededor sin haber sufrido jamás en carne propia la destrucción! ¡Exigen que otros cumplan lo que les prometen, y ustedes los traicionan! Ahora les toca a ustedes ser traicionados y destruidos.


Pero en aquel día venidero, todos los que los destruyen serán destruidos, y todos sus enemigos les servirán como esclavos. A los que les roban se les robará, y los que los atacan serán atacados. ¡A todos pagaré con su propia moneda!


Pero el Liberador de ellos es fuerte. Se llama Señor de los ejércitos. Él será su abogado y se encargará de que obtengan libertad y regresen a vivir tranquilos en Israel. ¡Pero los babilonios no tendrán reposo!


Y el Señor responde: ¡Yo seré el abogado de ustedes, yo defenderé su causa, yo los vengaré! Les voy a secar su río, sus fuentes de agua,


Soportaré con paciencia mientras el Señor me castiga, porque reconozco que actué muy mal y lo ofendí. Pero estoy seguro de que luego él me defenderá de todos mis enemigos, y los castigará por todo el mal que me han hecho. Dios me sacará de las tinieblas a la luz, y me permitirá disfrutar de nuevo sus actos de bondad.


¡Te pagarán con tu misma moneda! Así como tú robaste a muchas naciones, habrá naciones que te robarán a ti. De esa manera pagarás por toda tu violencia, por todos los crímenes que cometiste en las ciudades del país.


«Dentro de poco tiempo vendré y los juzgaré. Testificaré prontamente contra los hechiceros, contra los adúlteros, contra los mentirosos, contra los que roban a sus jornaleros, contra los que oprimen a las viudas y a los huérfanos, y contra los que son injustos con los extranjeros, sin tener temor de mí. Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.


Que el Señor juzgue entre nosotros. Quizás te castigará por lo que estás tratando de hacerme, pero yo jamás te haré daño alguno.


Que el Señor juzgue entre nosotros y que castigue a cualquiera de los dos que sea culpable. Él es mi abogado y mi defensor, y él me rescatará de tu poder.


Cuando David oyó que Nabal había muerto, dijo: «Alabado sea el Señor, porque ha pagado a Nabal por su insulto y ha impedido que yo lo haga por mí mismo. Ya ha recibido su castigo por sus pecados». David no perdió tiempo y envió mensajeros a Abigaíl pidiéndole que fuera su esposa.


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