Proverbios 21:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¹ El corazón del rey es como un río en las manos del Señor, él lo dirige adonde él quiere.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

¹ Como los repartimientos de las aguas, Así está el corazón del rey en la mano de Jehová; A todo lo que quiere lo inclina.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹ El corazón del rey es como un arroyo dirigido por el Señor, quien lo guía por donde él quiere.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹ Los pensamientos del rey, igual que el agua, corren por donde Yavé los dirige.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹ Como los repartimientos de las aguas, Así el corazón del rey está en la mano de YHVH, A todo lo que quiere lo inclina.°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹ Arroyo es el corazón del rey en manos de Yahveh: que él dirige adonde quiere.

Proverbios 21:1 Tagairtí Cros

2 Reyes 19:33

Volverá por el camino que vino,

Esdras 1:1

Durante el primer año del reinado del rey Ciro, de Persia, el Señor hizo que el rey promulgara un decreto, tanto de forma oral como por escrito, permitiendo que los cautivos de Judá pudieran regresar a su tierra. De esa manera el Señor cumplió lo que había dicho por medio del profeta Jeremías. Este decreto, que se dio a conocer en todo el imperio persa, decía:

Esdras 1:2

«Yo, Ciro, rey de Persia, declaro que el Señor, Dios del cielo, me dio este imperio y ha puesto sobre mí la responsabilidad de edificarle un templo en Jerusalén, en la tierra de Judá.

Nehemías 1:11

Señor, escucha mi oración. Escucha la oración de quienes se deleitan en darte gloria y honra. Te ruego que me permitas tener éxito cuando me presente ante el rey con mi petición. Haz que el rey me atienda y me trate bien». Yo era entonces copero del rey.

Nehemías 2:4

―Bien, ¿qué podemos hacer? —preguntó el rey. Elevé una oración al Dios del cielo pidiendo su ayuda, y le contesté al rey: ―Si agrada a Su Majestad, y si en verdad usted quiere ayudarme, envíeme a Judá, para reconstruir la ciudad de mis padres.

Nehemías 2:8

Y otra carta para Asaf, administrador de los bosques del rey, para que me dé madera para reparar las puertas de la fortaleza que está junto al templo, para las murallas de la ciudad, y para mi propia casa. El rey me concedió todas estas peticiones, porque Dios me estaba prestando su benigna ayuda.

Ester 2:17

Y sucedió que el rey amó a Ester más que a cualquiera de sus otras mujeres. Se sintió tan complacido con ella que le puso la corona real en la cabeza y la proclamó reina en lugar de Vasti.

Salmos 105:25

En esas circunstancias, Dios enemistó a los egipcios contra los israelitas; y conspiraron en contra de los siervos del Señor.

Salmos 106:46

Hizo que quienes los tenían cautivos, les tuvieran compasión.

Salmos 114:3

El Mar Rojo los vio venir y rápidamente huyó ante ellos. El río Jordán se volvió atrás.

Salmos 114:5

¿Qué te pasó, Mar Rojo, qué te hizo huir? Río Jordán, ¿qué le ocurrió a tus aguas? ¿Por qué se volvieron atrás?

Salmos 74:15

Tú hiciste que brotaran fuentes y arroyos; secaste ríos de inagotables corrientes.

Salmos 93:4

Pero el Señor, en las alturas, se muestra poderoso; más poderoso que el estruendo de las muchas aguas.

Éxodo 7:3

Pero yo haré que el faraón se niegue a hacerlo. Yo entonces multiplicaré mis milagros en la tierra de Egipto.

Proverbios 16:1

El hombre propone y Dios dispone.

Proverbios 16:9

El hombre hace planes, pero es el Señor el que dirige sus pasos.

Proverbios 20:24

El Señor dirige los pasos del hombre, ¿cómo puede entonces comprender su propio destino?

Isaías 43:19

Voy a realizar algo enteramente nuevo. ¡Miren, ya he comenzado! ¿No lo ven? Abriré camino a través del desierto del mundo para que mi pueblo vuelva a su patria, y para ellos crearé ríos en el desierto.

Isaías 44:27

Cuando les hablo a los ríos diciéndoles: «¡Séquense!» se secan.

Daniel 4:35

Todos los habitantes de la tierra son como nada cuando se comparan con él. Hace lo que le parece mejor tanto en el cielo como entre los habitantes de la tierra. Nadie puede oponerse a su poder.

Hechos 7:10

lo libró de todas sus angustias y le concedió el favor del faraón, rey de Egipto. Además, lo dotó de tal sabiduría que el faraón lo nombró gobernador de todo Egipto y encargado de los asuntos del palacio real.

Apocalipsis 16:12

El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates, y se secó de tal manera que los reyes del oriente podían pasar por él.

Apocalipsis 16:4

El tercer ángel derramó su frasco sobre los ríos y las fuentes, y se convirtieron en sangre.