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Proverbios 11:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

31 Si los justos reciben su recompensa aquí en la tierra, ¡cuánto más los malvados recibirán lo que se merecen!

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Biblia Reina Valera 1960

31 Ciertamente el justo será recompensado en la tierra; ¡Cuánto más el impío y el pecador!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Si los justos reciben su recompensa aquí en la tierra, ¡cuánto más los pecadores perversos!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 El justo recibe lo que merece en esta tierra, y más todavía el malvado y el pecador.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 He aquí el justo será recompensado en la tierra, ¡Cuánto más el malo y el pecador!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Si el justo recibe su paga en la tierra, ¡cuánto más el malvado y pecador!

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Proverbios 11:31
15 Tagairtí Cros  

»El Señor me recompensó por mi justicia, me pagó conforme a la pureza de mis manos.


El Señor me ha recompensado, porque he sido justo, porque he vivido rectamente.


Y el profeta emprendió la marcha, pero mientras viajaba solo, salió un león y lo mató. Su cuerpo quedó en el camino, y el burro y el león se quedaron parados junto a él. Los que pasaron y vieron el cuerpo tirado en el camino, y el león tranquilamente parado a su lado, fueron y lo contaron en Betel, donde vivía el profeta anciano.


Para aprender, se tiene que amar la disciplina, pero aborrecerla es ser un ignorante.


Al pecador lo persiguen los problemas; pero al justo lo recompensan las bendiciones.


Como el arquero que hiere a todo el que pasa, así es el que da trabajo al necio en su casa.


Y yo castigaré al mundo por su maldad, a los inicuos por su pecado. Yo aplastaré la arrogancia de los orgullosos y la altivez de los ricos.


Pero al malvado díganle: «Tu condenación es segura. También tú recibirás la paga que mereces. Ya viene el castigo que te has ganado».


A mi propio pueblo he comenzado a castigarlo. ¿Habrían de escapar ustedes? ¡No, no evadirán el castigo! Lanzaré a guerra contra todos los pueblos de la tierra, dice el Señor de los ejércitos.


Y los hombres de la tribu de Leví, quienes me abandonaron cuando Israel se alejó de Dios para irse hacia los ídolos, deben ser castigados por su falta de fidelidad.


Y así se cumple aquello de que “cual el sacerdote, tal el pueblo”, y como los sacerdotes son malvados, el pueblo lo es también. Por lo tanto yo castigaré tanto a los sacerdotes como al pueblo por sus hechos malvados.


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