Proverbios 10:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

²⁸ En el futuro de los justos hay felicidad, pero el de los malvados está vacío.

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Biblia Reina Valera 1960

²⁸ La esperanza de los justos es alegría; Mas la esperanza de los impíos perecerá.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁸ Las esperanzas del justo traen felicidad, pero las expectativas de los perversos no resultan en nada.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁸ Después de haber esperado, el justo experimentará la alegría, pero la espera de los malvados será en vano.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁸ La esperanza de los justos es alegre, Pero la esperanza de los impíos perecerá.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁸ La esperanza de los justos es alegría, la expectación de los malvados fenecerá.

Proverbios 10:28 Tagairtí Cros

Job 11:20

Pero los malvados no hallarán escapatoria: su única esperanza está en la muerte».

Salmos 112:10

Los malvados se enfurecerán al ver esto, rechinarán los dientes furiosos y se escabullirán, sus esperanzas no se cumplirán.

Salmos 16:9

Por eso tengo el corazón lleno de gozo; mi boca está llena de alabanzas. Todo mi ser descansa con tranquilidad,

Salmos 68:4

¡Canten alabanzas a su nombre! Alcen su voz en cántico al que cabalga sobre las nubes. Señor es su nombre. Regocíjense en su presencia.

Proverbios 11:23

Los deseos de los justos terminan bien; la esperanza de los malvados termina mal.

Proverbios 11:7

Cuando muere el malvado, todas sus esperanzas e ilusiones de poder, mueren con él.

Proverbios 14:32

Al malvado lo aplasta su propia maldad; al justo lo protege su justicia.

Proverbios 29:6

El malvado está atrapado en sus propios pecados, pero el justo está cantando de gozo.

Romanos 12:12

Regocíjense en la esperanza, tengan paciencia si sufren y nunca dejen de orar.

Romanos 15:13

Hermanos míos, mi deseo es que el Dios que les concedió esperanza los inunde siempre de felicidad y paz al creer en él. Y le pido a Dios que los haga rebosar de esperanza por el poder del Espíritu Santo.

Romanos 5:2

Por medio de él, y confiando en su promesa, participamos de ese amor que no merecemos, y en el cual nos mantenemos firmes. Incluso nos sentimos orgullosos de la esperanza de gozar de la gloria de Dios.

2 Tesalonicenses 2:16

Que el Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, quien nos amó y nos dio un consuelo eterno y una esperanza que no merecemos,