Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Oseas 9:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

17 Mi Dios destruirá al pueblo de Israel, porque ellos no quieren escuchar su consejo ni seguir sus instrucciones. Ya no tendrán una patria estable, sino que andarán como vagabundos entre las naciones.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

17 Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre las naciones.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Mi Dios rechazará al pueblo de Israel porque no quiere escuchar ni obedecer. Será un vagabundo, sin hogar entre las naciones.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Como no le hicieron caso, mi Dios los echará de su presencia y andarán como vagabundos por la tierra.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

17 Mi Dios los desechará, porque ellos no lo escucharon, Y andarán errantes entre las naciones.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Mi Dios los rechazará porque no lo escucharon: andarán errantes entre las naciones.

Féach an chaibidil Cóip




Oseas 9:17
34 Tagairtí Cros  

No obstante, como respuesta, Micaías expresó: ―Prometo delante del Señor que sólo diré lo que él me diga.


Pero el pueblo se burlaba de aquellos mensajeros de Dios, es decir, de los profetas, y no tenían respeto por la palabra del Señor. Por eso, llegó el día en que el Señor descargó su ira contra ellos, y ya no hubo más remedio.


¡Dios mío, recuerda todo lo que he hecho por este pueblo y dame tu bendición!


Pero yo confío en ti, Señor y digo: Tú eres mi Dios.


El hombre que rechaza la corrección será destruido de repente y sin remedio.


¡Ay, ojalá que hubieran atendido mis leyes! Entonces habrían disfrutado de paz que fluiría como manso río, y de grandes oleadas de justicia.


Entonces Isaías respondió: ―Oh casa de David, no te basta con agotarme la paciencia, ¡tienes que agotársela también a Dios!


Habrá que ponerles un letrero que diga: «Impuros, plata rechazada», porque el Señor los ha rechazado.


Y ahora, dice el Señor, lo mismo haré aquí por todo este mal que ustedes han hecho. Una y otra vez les hablé de ello; con mucha insistencia les llamaba, pero no quisieron oír ni responder a mis advertencias. Por ello destruiré este templo como hice con Siló; este templo que lleva mi nombre, del que creen recibir garantía de seguridad, y este sitio que di a ustedes y a sus antepasados.


¡Y los echaré de mi presencia tal como lo hice con sus hermanos, los del pueblo de Efraín!


Comerán, pero quedarán con hambre; fornicarán con sus amantes, pero no tendrán hijos. Esto les acontecerá porque me han abandonado y han rendido homenaje a otros dioses.


Mi pueblo es destruido porque no me conoce a mí, perece por no seguir mis instrucciones, y es todo por culpa de ustedes, sacerdotes, pues ustedes mismos han rehusado conocerme; por lo tanto, yo rehúso reconocerlos como mis sacerdotes. Siendo que han olvidado mis instrucciones, yo me olvidaré de bendecir a tus hijos.


»¡A mi pueblo le va a ir muy mal por haberme abandonado! ¡Será destruido por haberse puesto en mi contra! Yo quería salvarlos, pero ellos no hacen más que calumniarme.


―¿Qué ves, Amós? Yo le contesté: ―Una canasta llena de fruta madura. Luego el Señor me dijo: ―Esta fruta representa a mi pueblo Israel, pues ya está maduro para recibir el castigo que merece; de modo que no voy a perdonarlo más.


»Pues yo he mandado que Israel sea zarandeado por las otras naciones, como se zarandea el trigo en una criba, sin que un solo grano caiga a tierra.


Pero yo he puesto toda mi confianza en el Señor; yo confío en que Dios me salvará de cualquier peligro, y estoy seguro que siempre escucha mis ruegos.


»¡No sean como sus antepasados! A ellos, los primeros profetas les rogaron en vano que dejaran de actuar de forma tan malvada. “¡Vamos, vuélvanse de nuevo en fieles devotos del Señor”, les decían en nombre del Señor. Pero no. Ellos no quisieron seguir la exhortación; no les hicieron caso a sus palabras.


Jesús le dijo: ―Suéltame, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve a mis hermanos y diles: “Voy a reunirme con mi Padre, que es el Padre de ustedes; con mi Dios, que es el Dios de ustedes”.


Tomás dijo: ―¡Señor mío y Dios mío!


Los judíos se preguntaban entre ellos: «¿Y a dónde piensa irse este que no podremos encontrarlo? ¿Acaso pensará ir a los judíos que están dispersos entre las naciones, y enseñar a los griegos?


Y quien no lo escuche será eliminado del pueblo”.


Había decidido esparcirlos por tierras lejanas, para que la memoria de ellos desapareciera.


»En el futuro, cuando los hijos y nietos de ustedes hayan nacido y hayan vivido en la tierra largo tiempo, si se corrompen haciendo ídolos y el Señor su Dios se enoja con ustedes a causa de su pecado,


El Señor los esparcirá entre las naciones y serán muy pocos en número.


Por eso, mi Dios les dará todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.


Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus que se hallan dispersas por todo el mundo.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí