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Oseas 9:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 Y si tus hijos llegan a crecer, morirán antes de llegar a la edad adulta; todos están condenados. Sí, será un día triste cuando yo me aparte de ti y te deje abandonado a tu suerte.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

12 Y si llegaren a grandes sus hijos, los quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también, cuando de ellos me aparte!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Aunque algunos de tus hijos lleguen a crecer, yo te los arrebataré. Será un día terrible cuando me aleje y te deje solo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Por más que críen hijos, se los quitaré antes que lleguen a hombres. ¡Ay de ellos cuando me aparte de ellos!

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y si sus hijos llegaran a grandes, los quitaré de en medio de los hombres. ¡Ay de ellos también, cuando Yo me aparte de ellos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Si sacan adelante a sus hijos, se los quitaré antes de que lleguen a ser hombres. Sí; ¡ay también de ellos, cuando de ellos me aparte!

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Oseas 9:12
23 Tagairtí Cros  

Tanto fue el enojo del Señor contra los israelitas que dejó que se los llevaran lejos de su tierra. Tan solo dejó a la tribu de Judá.


hasta que el Señor, finalmente, los arrojó lejos de su presencia, cumpliendo así lo que había anunciado por medio de sus siervos los profetas. Israel fue llevado cautivo a Asiria, donde está hasta estos días.


Si tienen multitud de hijos, es para que mueran en la guerra o perezcan de hambre.


Te voy a zarandear a las puertas de tus ciudades y te quitaré todo lo que tienes por valioso y arruinaré a mi propio pueblo porque se niegan a volverse a mí dejando sus conductas perversas.


Presta mucha atención, Jerusalén, no suceda que deje de quererte y permita que te arruines completamente.


¡Oh Señor, ponte a pensar, es a tu propio pueblo al que haces sufrir así! ¿Acaso era necesario llegar al extremo de que las madres tuvieran que comerse a sus propios hijos pequeños? ¿Que los sacerdotes y profetas fueran asesinados incluso dentro del templo del Señor?


¡Has traído el terror de todas partes, como si lo trajeras a una fiesta! En el día de tu ira, Señor, nadie ha escapado ni quedado con vida. El enemigo ha matado a todos los niños y niñas que yo crie y eduqué.


»¡A mi pueblo le va a ir muy mal por haberme abandonado! ¡Será destruido por haberse puesto en mi contra! Yo quería salvarlos, pero ellos no hacen más que calumniarme.


»En mi visión yo he visto que Israel y Tiro se parecen, pues ambos tienen territorios hermosos. ¡Pero Efraín conduce a sus hijos a la muerte!».


Efraín está condenado a muerte. Es como un árbol que tiene las raíces secas y ya no da frutos. Y si llega a tener hijos, yo les quitaré la vida, aunque sean su fruto más precioso».


¡Ojalá el Señor Todopoderoso expulse de su pueblo hasta el último hombre que haya hecho esto, así sea alguien que crea muy santo y le presenta ofrendas!


Por cuanto los espías estuvieron cuarenta días en la tierra, ustedes vagarán en el desierto durante cuarenta años, un año por cada día, llevando la carga de sus pecados. Les enseñaré cada día lo que significa rechazarme”.


Todos los contados habían muerto, porque el Señor había dicho de ellos: «Morirán en el desierto». Las únicas excepciones eran Caleb (hijo de Jefone) y Josué (hijo de Nun).


Ante tu vista tus hijos e hijas serán llevados en esclavitud. Tu corazón se quebrantará de angustia al verlos, pero no podrás ayudarlos.


Entonces se inflamará mi ira contra ellos y los abandonaré, esconderé mi rostro de ellos, y serán destruidos. Tendrán gran tribulación, de modo que ellos dirán un día: “El Señor ya no está entre nosotros”.


Por fuera los atacará la espada del enemigo; por dentro la plaga mortal aterrorizará a jóvenes y a muchachas por igual, al niño de pecho y al hombre de avanzada edad.


Barac y sus hombres persiguieron a sus enemigos y a los carros hasta Jaroset Goyin, hasta que todo el ejército de Sísara fue destruido. Ni un solo hombre quedó vivo.


El Espíritu del Señor se había apartado de Saúl, y en cambio, le había enviado un espíritu que lo atormentaba.


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