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Oseas 13:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

14 »¿Lo rescataré del infierno? ¿Lo libraré de la muerte? Muerte, ¿dónde están tus plagas? Sepulcro, ¿dónde está tu poder destructor? ¡No le tendré más compasión!».

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Biblia Reina Valera 1960

14 De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 »¿Debo rescatarlos de la tumba? ¿Debo redimirlos de la muerte? ¡Oh muerte, haz salir tus horrores! ¡Tumba, desata tus plagas! Ya no les tendré compasión.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 ¿Yo los libraré del poder del sepulcro? ¿Yo los salvaré de la Muerte? ¡No! ¿Dónde están, oh Muerte, tus plagas? ¿Dónde están, oh Sepulcro, tus azotes? No quiero tenerles más compasión.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 ¿Los libraré del poder del Seol? ¿Los redimiré de la Muerte?° ¿Dónde está, oh Muerte, tu plaga? ¿Dónde, Seol, tu destrucción? La compasión se ha ocultado de mis ojos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 ¿Los libraré del poder del seol, los rescataré de la muerte? ¿Dónde está, muerte, tu peste? ¿Dónde, seol, tu epidemia? La compasión se aparta de mis ojos.

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Oseas 13:14
32 Tagairtí Cros  

»La inmensa fuerza de su cuello infunde terror por dondequiera que pasa.


porque no me dejarás entre los muertos; no permitirás que tu amado se pudra en el sepulcro.


Me sacaste del borde de la tumba, de la muerte misma, y heme aquí con vida.


Pero en cuanto a mí; Dios redimirá mi alma del poder de la muerte; porque él me recibirá.


Así que no se desanimen cuando los malvados se enriquecen y edifican bellas mansiones.


Me has dejado pasar por muchos problemas. Pero me traerás de nuevo a la vida, sacándome de las profundidades de la tierra.


porque tu amor por mí es muy grande. Me has rescatado de las profundidades del sepulcro.


El Señor le quitará el poder a la muerte para siempre. El Señor secará toda lágrima y ahuyentará para siempre todas las injurias y burlas que se dirigen contra su tierra y su pueblo. ¡El Señor ha hablado! ¡Sin duda cumplirá su palabra!


Pero esta seguridad tenemos: ¡Los que pertenecen a Dios volverán a vivir! ¡Sus cuerpos volverán a levantarse! ¡Los que moran en el polvo despertarán y cantarán de gozo! ¡Porque la luz del Dios de la vida se derramará como rocío sobre ellos!


Me abandonaste y me volviste la espalda, dice el Señor. Por lo tanto, yo utilizaré mi fuerza para destruirte. Ya estoy harto de darte oportunidad tras oportunidad de que te arrepientas.


¡Que a ese mensajero le pase como a las ciudades de la antigüedad que Dios destruyó sin misericordia.


El Señor que nos da la luz del sol en el día y la luna y las estrellas para que iluminen la noche, y que agita el mar para formar rugientes olas —Señor de los ejércitos es su nombre— dice así:


Entonces me dijo el Señor que llamara al aliento de vida, el Espíritu, y le dijera: «El Señor Dios dice: “¡Ven de los cuatro vientos, oh Espíritu, y sopla sobre estos cuerpos muertos, para que puedan volver a respirar y vivir!


En tan sólo dos o tres días nos sanará por completo y entonces podremos vivir siempre bajo su protección. ¡No vacilemos en buscar al Señor!


»El orgullo de Israel lo está destruyendo, no le permite reconocer su desgracia ni le deja acudir al Señor en busca de ayuda.


»Porque yo, el Señor, no cambio. Por esta razón ustedes no han sido completamente destruidos, porque mi misericordia dura para siempre, aunque ustedes sean tan volubles.


Dios no es hombre para que mienta; él no se arrepiente como los hombres. ¿Ha prometido alguna vez sin cumplir lo que ha dicho?


El que Dios diera la espalda a los israelitas significó la reconciliación entre Dios y el mundo. Por eso, su restauración será como si un muerto volviera a la vida.


Dios jamás retira sus dádivas ni se olvida de aquellos a quienes ha elegido.


El cuerpo terrenal que ahora tenemos nos hace gemir y suspirar, ya que no queremos desvestirnos de este cuerpo. Preferimos revestirnos del nuevo cuerpo, de manera que nuestro cuerpo mortal sea absorbido por la vida.


Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso. Esto lo hará por medio del poder con el que domina todas las cosas.


Si creemos que Jesús murió y después resucitó, entonces también debemos creer que Dios resucitará con Jesús a los que murieron creyendo en él.


De lo alto nos viene todo lo bueno y perfecto. Allí es donde está el Padre que creó todos los astros del cielo, y que no cambia como las sombras.


El mar entregó los muertos que había en él, y lo mismo hicieron la muerte y el infierno. Y cada uno fue juzgado según sus obras.


Él les enjugará las lágrimas y no habrá muerte ni llanto ni clamor ni dolor, porque estos pertenecen a un pasado que no existe más».


En esta ocasión apareció un caballo amarillo. El jinete que lo montaba se llamaba Muerte, y lo seguía otro jinete llamado Infierno. Se les concedió dominio sobre una cuarta parte de la tierra y autoridad para matar por medio de guerras, hambre, epidemias y fieras salvajes.


Y el Señor, que es la Gloria de Israel, no miente, ni cambia de parecer, porque no es como los hombres.


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