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Números 25:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 «Finés (hijo de Eleazar el sacerdote y nieto de Aarón el sacerdote) ha aplacado mi ira, porque sintió el mismo ardor que yo respecto de mi honra. Por esto no destruiré a Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Finees hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 «Finees, hijo de Eleazar y nieto del sacerdote Aarón, alejó mi enojo de los israelitas porque demostró entre ellos el mismo celo que yo. Así que dejé de destruir a todo Israel, como pensaba hacerlo a causa del enojo de mi celo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Finjas, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, alejó mi cólera de los israelitas cuando se mostró lleno de celo por mí en medio de ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Finees ben Eleazar, hijo de Aarón, el sacerdote, ha desviado mi furor de sobre los hijos de Israel, al mostrar su celo por mí en medio de ellos, por lo cual Yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 'Pinjás, hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha alejado mi cólera contra los israelitas por haber mostrado su celo por mí en medio de ellos; por eso yo, en mi celo, no he aniquilado a los israelitas.

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Números 25:11
24 Tagairtí Cros  

Durante su reinado, el pueblo de Judá, como el de Israel, hizo lo malo. Su maldad fue peor que la de sus antepasados, razón por la cual el Señor se enojó con ellos.


Dios amenazó con destruirlos, pero no lo hizo por Moisés, su escogido, que se puso ante él en la brecha e impidió que su ira los destruyera.


Pero Finés tuvo el valor de levantarse y hacer justicia, y la plaga se detuvo.


A él se le considera como un hombre justo desde entonces.


Lo hicieron enojar construyendo altares a otros dioses; con sus ídolos despertaron sus celos.


No te inclinarás delante de ninguna imagen ni la adorarás, porque yo, el Señor tu Dios, soy muy celoso, y no compartiré con otros dioses la honra que me pertenece. Cuando castigo a alguien por sus pecados, el castigo alcanza a sus hijos, a sus nietos y a sus bisnietos.


»Si alguien deliberadamente deja suelto un animal, y este se introduce en la viña de un vecino o entra a pastar en su campo, con lo mejor de su propia cosecha esa persona deberá pagar todos los daños.


No deben adorar otros dioses sino solamente a mí, porque yo, el Señor, soy un Dios celoso, que exige lealtad absoluta y devoción exclusiva.


Te castigaré como una asesina es castigada y como se hace con una mujer que atenta contra el matrimonio viviendo con otros hombres.


El Señor es celoso con todos los que ama y por eso castiga a los que les causan daño y destruye a sus enemigos con furor.


Ese día en que el Señor desate su castigo, de nada les servirá la plata y el oro que tienen. Toda la tierra será devorada por el fuego de su ira. ¡En poco tiempo morirán todos los habitantes de la tierra!».


Por eso, espérenme, lo digo yo, el Señor, pues se acerca el día en que me pondré de pie y acusaré a la ciudad de Jerusalén. Porque he decidido reunir los reinos de la tierra para derramar sobre Israel todo el peso de mi cólera.


Entonces el Señor le dijo a Moisés:


El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no cree en el Hijo no sabrá lo que es esa vida, pues siempre estará bajo el castigo de Dios.


¿Qué, pues? ¿Nos arriesgaremos a poner celoso al Señor? ¿Somos más fuertes que él?


Siento celo por ustedes, celo que Dios ha puesto en mí; anhelo que amen sólo a Cristo, como doncella pura que reserva su cariño para el hombre que la tomará por esposa.


El Señor no lo perdonará. Su ira se encenderá contra aquella persona. Todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre ella y el Señor borrará su nombre de debajo del cielo.


Israel comenzó a seguir a dioses ajenos, y el Señor se airó; sintió celos por su pueblo.


Me han dado celos con sus ídolos, los cuales no son dioses. Ahora yo haré que sientan celos dando mi amor a las insensatas naciones gentiles que lo rodean.


Él es fuego devorador, Dios celoso.


Pero primero enviaron una delegación dirigida por el sacerdote Finés hijo de Eleazar. Cruzaron el río, llegaron a Galaad, y hablaron a las tribus de Rubén, de Gad y de la media tribu de Manasés.


Josué respondió al pueblo: ―No podrán adorar al Señor su Dios, porque él es santo y celoso y no perdonará sus rebeliones y pecados.


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