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Nehemías 9:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

6 »Señor, tú eres el único Dios. Tú has hecho los cielos de los cielos, la tierra y los mares, y todo lo que en ellos hay. Tú das vida a todo cuanto has creado, y todos los ángeles de los cielos te adoran.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 »Solo tú eres el Señor. Tú hiciste el firmamento, los cielos y todas las estrellas; hiciste la tierra, los mares y todo lo que hay en ellos. Tú los preservas a todos, y los ángeles del cielo te adoran.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ¡Tú, Yavé, eres el Unico! Tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos y todo cuanto contienen, la tierra y todo lo que tiene, los mares y cuanto hay en ellos; tú das la vida a todos, y ante ti se postra el ejército de los cielos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 ¡Tú solo eres YHVH! Tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos y toda su hueste, la tierra y cuanto hay en ella, los mares y todo lo que contienen. Tú das vida a todo ello, y las huestes de los cielos se postran ante ti.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Y Esdras dijo: '¡Tú eres Yahveh! ¡Tú el único! Tú has hecho los cielos, los cielos de los cielos y todo su ejército, la tierra y cuanto hay en ella, los mares y cuanto en ellos hay. Tú das vida a todo ello, y el ejército de los cielos se postra ante ti.

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Nehemías 9:6
43 Tagairtí Cros  

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.


Después Dios dijo: «Que las aguas que están debajo del cielo se junten en un solo lugar, de modo que la otra parte quede seca». Y así ocurrió.


De este modo fueron creados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos.


Cuando él los vio, exclamó: «¡Aquí está el campamento de Dios!». Por esta razón llamó aquel lugar Majanayin (dos campamentos).


Micaías respondió: ―Escucha esta otra palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono, y los ejércitos del cielo que estaban alrededor de él.


»Pero, ¿es posible que Dios pueda vivir en la tierra? Si los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener, mucho menos este templo que yo he edificado.


Allí hizo esta oración: «Señor, Dios de Israel, que te sientas en tu trono, por encima de los ángeles, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra, pues tú creaste los cielos y la tierra.


Señor, Dios nuestro, te rogamos que nos salves del poder del rey de Asiria. Así todos los reinos de la tierra sabrán que solamente tú eres Dios».


Y los levitas Jesúa, Cadmiel, Baní, Jasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías clamaron: «Pónganse de pie y adoren al Señor nuestro Dios, porque él vive desde la eternidad y hasta la eternidad. ¡Alaben su glorioso Nombre! Su gloria excede a cualquier bendición o alabanza.


En tiempos pasados tú pusiste las bases de la tierra, e hiciste con tus manos los cielos.


Alaben al Señor, todos sus ejércitos, siervos suyos que cumplen su voluntad.


Sí, el Señor, que hizo el cielo y la tierra te bendecirá.


Nuestra ayuda viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.


creador del cielo y de la tierra; los mares y cuanto en ellos hay. Él es el Dios que cumple siempre todas sus promesas.


¿Quién es este Rey de la gloria? Es el Señor Todopoderoso; ¡él es el Rey de la gloria!


Bastó que hablara, y se formaron los cielos; que soplara para que se formaran todas las estrellas.


Tu justicia es como tus poderosos montes. Tus juicios como las profundidades del océano. Por igual te preocupas de los hombres y los animales.


Porque tú eres grande y haces grandes maravillas. Sólo tú eres Dios.


«¡Oh Señor Todopoderoso, Dios de Israel, entronizado por encima de los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra! Tú solo hiciste el cielo y la tierra. Escucha mi súplica, mírame orar. Mira esta carta del rey Senaquerib, pues él se ha burlado del Dios viviente.


¡Oh Señor Dios nuestro, sálvanos para que todos los reinos de la tierra conozcan que tú eres Dios, y solamente tú!».


Pero yo tengo testigos, oh Israel, dice el Señor. Ustedes son mis testigos, elegidos para conocerme y creerme, y para entender que sólo yo soy Dios. No hay otro Dios, jamás lo hubo ni lo habrá.


El Señor, el Rey de Israel dice, sí, el Redentor de Israel, el Señor Todopoderoso es quien lo dice: Yo soy el primero y el último, no hay otro Dios.


No tengan ningún temor. ¿Acaso no he proclamado yo desde épocas antiguas que los salvaría? Ustedes son mis testigos. ¿Hay acaso algún otro Dios? ¡No! ¡Ninguno que yo sepa! ¡No hay ninguna otra Roca!


Yo hice la tierra y creé al ser humano en ella. Con mis propias manos extendí el cielo y ordené las incontables miríadas de estrellas.


«¡Oh Señor Dios! Tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder; no hay para ti nada demasiado difícil.


Allí yo les di mis instrucciones para que vivieran de acuerdo con ellas, teniendo cuidado en seguirlas con fidelidad.


―Soy hebreo, soy devoto del Señor, el Dios del cielo, quien hizo el mar y la tierra. Lo que está sucediendo es por mi culpa, pues trato de huir de la presencia de Dios —les respondió. Los hombres se asustaron mucho cuando oyeron esto, y le preguntaron: ―¿Por qué lo hiciste?


Entonces los creyentes, unánimemente, oraron así: «Soberano Señor, creador del cielo, de la tierra, del mar y de cuanto en ellos existe:


La tierra y los altos cielos pertenecen al Señor tu Dios.


»”¿No ven que sólo yo soy Dios? Yo hago morir y hago vivir. Yo hago la herida y yo la sano: nadie se escapa de mi poder.


»Oye Israel: el Señor nuestro Dios es nuestro único Señor.


Él es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de su ser y el que sostiene el universo con su palabra poderosa. Y después de haber realizado la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de Dios en el cielo.


Cuando Dios trajo a su Primogénito al mundo, dijo: «Adórenlo todos los ángeles de Dios».


«¡Teman a Dios —decía a gran voz—, y alaben su grandeza, porque el tiempo ha llegado en que se sentará a juzgar! ¡Adórenlo, porque él creó el cielo y la tierra, el mar y las fuentes que lo nutren!».


«Señor, eres digno de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste el universo. Lo que existe, existe porque tú quisiste crearlo».


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