Nehemías 7:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008
5 Entonces mi Dios puso en mí el sentir de convocar a los jefes de la ciudad, juntamente con los del común del pueblo para censarlos. Yo había encontrado los registros genealógicos de los que habían regresado a Judá antes, y esto es lo que estaba escrito en ellos:
5 Entonces puso Dios en mi corazón que reuniese a los nobles y oficiales y al pueblo, para que fuesen empadronados según sus genealogías. Y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito así:
5 Entonces mi Dios me dio la idea de reunir a todos los nobles y dirigentes de la ciudad, junto con los ciudadanos comunes, para que se registraran. Yo había encontrado el registro genealógico de los primeros que habían regresado a Judá. Allí estaba escrito lo siguiente:
5 Por eso mi Dios me inspiró que reuniera a los nobles, a los funcionarios y al pueblo para hacer un censo por familia. Tomé en mi mano el libro donde estaban inscritos por familia los que habían vuelto primero y allí leí lo siguiente:
5 Y mi Dios puso en mi corazón reunir a los nobles, a los prefectos y al pueblo, para que pudieran ser reconocidos por genealogía, pues yo había encontrado el libro de la genealogía de los que habían subido primero, donde hallé escrito:
5 Entonces mi Dios me inspiró la idea de reunir a los principales, a los consejeros y al pueblo, para hacer el censo. Y encontré el libro del registro genealógico de todos los que habían vuelto la primera vez. Encontré escrito en él:
Pero tampoco pudieron demostrar que descendían de familias israelitas, por haber perdido sus registros genealógicos. Así que fueron excluidos del sacerdocio. El gobernador les prohibió comer con los sacerdotes y tener parte en la comida sacerdotal de los sacrificios, hasta que hubiera sido consultado el urim y el tumim, para que Dios les hiciera saber si realmente eran descendientes de los sacerdotes.
Porque la ciudad era grande, pero la población era pequeña, y había sólo unas pocas viviendas esparcidas a través de la ciudad, pues aún no se habían reconstruido todas las casas.
cuyas genealogías se perdieron. Eran los descendientes de Jabaías, Cos y Barzilay (que se casó con una de las hijas de Barzilay, el galaadita, y tomó el nombre de su familia). Como no pudieron comprobar que procedían de familias israelitas no se les permitió seguir en el sacerdocio. Además, el gobernador les prohibió comer de los alimentos solemnemente consagrados, hasta que un sacerdote consultara a Dios por medio del urim y el tumim, y se decidiera qué hacer con ellos.
Pero lo que soy, lo soy por la gracia de Dios. Y su gracia no ha sido en vano, porque he trabajado más que todos ellos, si bien es cierto que no he sido yo, sino la gracia de Dios que ha obrado por medio de mí.