Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Miqueas 7:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 ¡Se han vuelto expertos en hacer lo malo, a tal punto que no hay quien les supere en maldad! El gobernador exige recompensas, el juez acepta sobornos y el rico hace lo que le da la gana. ¡Por eso la ciudad se ha pervertido!

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

3 Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez juzga por recompensa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo confirman.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 ¡Con ambas manos son hábiles para hacer el mal! Tanto los funcionarios como los jueces exigen sobornos. La gente con influencia obtiene lo que quiere y juntos traman para torcer la justicia.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Sus manos son buenas para hacer el mal: el príncipe es exigente; el juez se deja comprar; el poderoso decide lo que le conviene.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Sus manos están adiestradas para el mal: El príncipe demanda retribución,° El juez juzga por retribución, El poderoso abriga malos deseos en su alma; Y entre ellos entretejen sus proyectos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 para hacer el mal están prontas sus manos, por hacer el bien el príncipe exige paga, el juez juzga por recompensa, el grande sigue su propio capricho: todos tejen sus tramas.

Féach an chaibidil Cóip




Miqueas 7:3
26 Tagairtí Cros  

El que guiña el ojo planea hacer lo malo; el que se muerde los labios ya lo llevó a cabo.


El malvado acepta soborno en secreto para torcer la justicia.


Tus caudillos son rebeldes, compinches de ladrones; todos son sobornables y no defienden a las viudas ni a los huérfanos.


¡Miren! Baja del cielo el Señor para castigar al pueblo de la tierra por sus pecados. La tierra no esconderá más a los homicidas. Los culpables serán descubiertos.


Y reinará la peor de las anarquías: cada cual pisoteará a su prójimo, el vecino luchará contra su vecino, los jóvenes se rebelarán contra la autoridad, los delincuentes se reirán de las personas honorables.


Se descubrirán las triquiñuelas de los malvados, así como las mentiras con las cuales oprimían a los pobres en los tribunales.


Aceptan soborno para pervertir la justicia; dejan libre al malvado y encarcelan al inocente.


Hasta que mi pueblo abandone su terquedad, pues se niegan a seguir mis instrucciones. Son torpes, retrasados, sin entendimiento, muy avispados para hacer el mal, pero muy tontos cuando se trata de hacer algo bueno.


Entregaré a otros sus esposas y propiedades, pues todos ellos, grandes y pequeños, profetas y sacerdotes, tienen un sólo propósito: adueñarse de lo que no les pertenece.


Asesinos a sueldo, usureros y extorsionistas se encuentran en todas partes. Ni siquiera piensan en mí y mis instrucciones, dice el Señor Dios.


Tus jefes son como lobos que desgarran a sus víctimas y destruyen vidas para provecho propio.


»Cada jefe en Israel que vive dentro de tus murallas no piensa más que en el homicidio.


Pues estos carneros empujan y acornean mi rebaño enfermo y hambriento hasta que están desparramados y alejados.


Entonces el Señor me dijo: «Las maldades del pueblo de Israel y Judá son muy graves y toda la tierra está por su culpa llena de muerte e injusticia, pues ellos dicen: “¡El Señor no nos ve! ¡Se ha alejado de este país!”.


Los hombres de Israel se entregan a borracheras y se van en busca de prostitutas. Aman más la vergüenza que el honor.


»El rey se alegra en la maldad de ellos; a los príncipes le parece muy gracioso todo el mal que hacen.


¡Yo sé que sus crímenes son incontables, que sus injusticias no tienen límite! Ustedes oprimen a la gente honrada, los jueces se venden por dinero y en los tribunales condenan injustamente a los pobres.


Antes ustedes eran mi pueblo, pero ahora se han convertido en mis enemigos. Son tan malos que a los que regresan agotados de la guerra, ustedes les arrebatan su ropa.


Los jueces son corruptos, pues reciben dinero para juzgar a favor de los ricos; los sacerdotes enseñan sólo si se les paga, y los falsos profetas le ponen precio a sus mensajes. Y como si esto fuera poco, mal usan el nombre del Señor, diciendo: «¡El Señor está entre nosotros! ¡Ningún mal nos puede acontecer!».


Sin embargo, ustedes son los más injustos, odian el bien y aman el mal; ustedes son quienes más explotan a mi pueblo y lo dejan en la miseria, despojándolo hasta de lo más necesario para vivir.


y les preguntó: ―¿Cuánto me pagan si les entrego a Jesús? ―Treinta piezas de plata.


Por eso, no se precipiten a sacar conclusiones sobre si alguien es buen siervo o no. Esperen a que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad, y pondrá al descubierto las intenciones del corazón. Cuando ese momento llegue, cada uno recibirá de Dios la alabanza que merezca.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí