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Miqueas 4:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 Pueblos numerosos llegarán y dirán: «Vengan, subamos al monte del Señor, entremos al templo del Dios de Israel para que él nos diga qué debemos hacer. Y nosotros seguiremos sus enseñanzas». Porque de Sion, esto es, de Jerusalén, saldrá la instrucción del Señor, la sabiduría y la justicia para vivir en paz.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Vendrá gente de muchas naciones y dirá: «Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Allí él nos enseñará sus caminos y andaremos en sus sendas». Pues la enseñanza del Señor saldrá de Sion, y su palabra, de Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 y subirán hacia él muchos pueblos, diciendo: 'Vengan, subamos al cerro de Yavé, a la Casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Porque la enseñanza irradia de Sión, de Jerusalén sale la palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y muchas naciones irán allí y dirán: Venid, subamos al Monte de YHVH, a la Casa del Dios de Jacob; Él nos enseñará sus caminos, y nosotros andaremos en sus sendas. Porque de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalem la palabra de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 naciones numerosas llegarán y dirán: 'Venid, subamos al monte de Yahveh, al templo del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y sigamos sus senderos'. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.

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Miqueas 4:2
35 Tagairtí Cros  

El Señor establecerá tu trono en Sion para que gobiernes, desde allí sobre tus enemigos.


Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor.


Que se llenen mis labios de alabanza, pues tú me enseñas tus decretos.


Me alegré mucho cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor».


Al que te teme, Señor, tú le enseñarás a elegir el mejor sendero.


«Vamos», dirán todos, «subamos al monte del Señor, al templo del Dios de Israel; allí nos enseñará él sus leyes, y las obedeceremos». Porque en aquellos días el mundo será gobernado desde Jerusalén.


Y yo seré el maestro de todos tus ciudadanos y grande será la prosperidad de ellos.


también los traeré a mi santo monte de Jerusalén y los llenaré de gozo dentro de mi Casa de Oración. Aceptaré sus sacrificios y ofrendas porque mi templo será llamado «Casa de Oración para todos los pueblos».


Llegará un día cuando los vigías de los montes de Efraín te llamarán diciendo: «¡Levántate y vamos a Sion, donde está el Señor Dios nuestro!».


¡Suplícale al Señor tu Dios que nos muestre qué debemos hacer y a dónde ir!


¡No nos cansemos de ir en busca del Señor! Si lo hacemos, podemos estar seguros de que él vendrá a nuestro encuentro. Eso es tan seguro como el hecho de que el sol alumbra cada día. Eso será así, tan seguro como el hecho de que la lluvia cae en el tiempo oportuno y riega la tierra».


»Al final, los que sobrevivan la plaga subirán cada año a Jerusalén para ofrecer homenaje al Rey, al Señor Todopoderoso, y para celebrar la fiesta de los Tabernáculos.


»En aquel tiempo muchas naciones se convertirán en fieles devotas del Señor. También ellas serán mi pueblo, y viviré en medio de ellas. Entonces sabrán que fue el Señor Todopoderoso quien me envió a ustedes.


Destruirá los carros de guerra de Efraín y la caballería de Jerusalén. Acabará con el poderío militar de los fuertes y establecerá la paz entre las naciones. Su reino se extenderá de mar a mar, desde el río Éufrates hasta el último rincón de la tierra.


Los discípulos salieron a predicar por todas partes. El Señor los ayudaba y confirmaba su palabra acompañándola con señales.


Y también que en su nombre, comenzando en Jerusalén, se predicará a todas las naciones que hay perdón de pecados para el que se arrepiente.


En los profetas está escrito: “Dios les enseñará a todos”. Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él, vienen a mí.


Si alguien se decide a hacer la voluntad de Dios, reconocerá si mis enseñanzas provienen de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta.


Sin embargo, cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes recibirán poder para ser mis testigos no sólo en Jerusalén, sino también en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.


Al salir de la sinagoga, les pidieron que regresaran a hablarles la siguiente semana.


También por medio de los milagros y señales poderosas que he realizado mediante el poder del Espíritu de Dios. He estado predicando el evangelio de Cristo por todas partes, desde Jerusalén hasta Iliria.


»El Señor su Dios me ha pedido que les dé estos mandamientos, para que los obedezcan en la tierra a la que pronto entrarán y en la cual vivirán.


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