Miqueas 2:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 200811 Si un falso profeta viniera y les dijera: «Les anunciaré cosas muy lindas a cambio de alguna botella de vino», seguro que ustedes lo recibirían con los brazos abiertos. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196011 Si alguno andando con espíritu de falsedad mintiere diciendo: Yo te profetizaré de vino y de sidra; este tal será el profeta de este pueblo. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente11 Supongamos que un profeta lleno de mentiras les dice: «¡Les predicaré las delicias del vino y del alcohol!». ¡Esa es la clase de profeta que a ustedes les gustaría! Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)11 Si un falso profeta fuera capaz de decir: 'Yavé te va a dar vino y aguardiente', éste sería el profeta de ese pueblo. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion11 Si viniera un tal profeta, Soltando vanidades y engaños, diciendo: Os anuncio que tendréis vino y licores. ¡Ése tal sí sería profeta para este pueblo! Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197511 Si un hombre corriera tras el viento y dijera mentiras como ésta: 'Yo te haré profecías a cambio de vino y licores', ése sería el profeta digno de este pueblo. Féach an chaibidil |
Entonces el Señor dijo: ¡Pues falso es todo eso que andan diciendo! ¡Profetizan falsamente como si yo los hubiera enviado! Yo no los envié ni les ordené hablar ni les di mensaje alguno. Profetizan de visiones y revelaciones que jamás vieron ni oyeron, proclaman necedades inventadas en su mentiroso corazón.
¡Pero peores aún son los profetas de Jerusalén! Las cosas que hacen son horribles; cometen adulterio y se deleitan en sus malas acciones. Animan y aplauden a los malhechores en vez de advertirles de las consecuencias de sus malas acciones. Esos profetas son totalmente depravados, como lo eran los hombres de Sodoma y Gomorra.
Los jueces son corruptos, pues reciben dinero para juzgar a favor de los ricos; los sacerdotes enseñan sólo si se les paga, y los falsos profetas le ponen precio a sus mensajes. Y como si esto fuera poco, mal usan el nombre del Señor, diciendo: «¡El Señor está entre nosotros! ¡Ningún mal nos puede acontecer!».