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Mateo 27:60 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

60 y lo colocó en un sepulcro nuevo labrado en la peña. Hacía poco que había hecho ese sepulcro y ordenó que rodaran una piedra grande para cerrar la entrada. José se alejó,

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Biblia Reina Valera 1960

60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

60 Lo colocó en una tumba nueva, su propia tumba que había sido tallada en la roca. Luego hizo rodar una gran piedra para tapar la entrada y se fue.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

60 y lo colocó en el sepulcro nuevo que se había hecho excavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra sobre la entrada del sepulcro y se fue.

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La Biblia Textual 3a Edicion

60 y lo puso en su sepulcro nuevo que había excavado en la roca; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se retiró.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

60 y lo puso en un sepulcro nuevo, de su propiedad, que había excavado en la roca. Hizo rodar después una gran piedra hasta la puerta del sepulcro y se fue.

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Mateo 27:60
12 Tagairtí Cros  

que mi padre me hizo jurar que llevaría su cuerpo de regreso a la tierra de Canaán, para sepultarlo allá. Díganle a su majestad que me permita ir a sepultar a mi padre. Asegúrenle que volveré pronto.


Lo sepultaron como a delincuente en la tumba de un rico, pero él no había hecho mal alguno, jamás pronunció una palabra perversa.


José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia


Entonces fueron, sellaron la roca y dejaron a los soldados de guardia.


hubo un fuerte temblor. Un ángel del Señor acababa de descender del cielo y, tras remover la piedra, se había sentado en ella.


Encontraron que la piedra que cubría el sepulcro no estaba en su lugar,


Jesús, conmovido una vez más, se acercó al sepulcro. Era una cueva que tenía tapada la entrada con una piedra.


Entonces quitaron la piedra. Jesús miró al cielo y dijo: ―Padre, te doy gracias porque me has escuchado.


En el lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo en el que todavía no habían sepultado a nadie.


El primer día de la semana, muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que habían movido la piedra que cerraba la entrada.


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