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Mateo 21:35 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

35 Pero los labradores los atacaron: a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon.

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Biblia Reina Valera 1960

35 Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Pero los agricultores agarraron a los siervos, golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a un tercero.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Pero los labradores tomaron a los enviados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Pero los labradores, tomando a sus siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Pero los viñadores echaron mano a los criados y al uno lo apalearon, al otro lo mataron y al otro lo apedrearon.

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Mateo 21:35
23 Tagairtí Cros  

¿No le han contado que cuando Jezabel estaba tratando de matar a los profetas del Señor, yo escondí a un centenar de ellos en dos cuevas, y les di pan y agua?


Él contestó: ―Siento un ardiente amor por ti, Dios Todopoderoso; me duele ver cómo el pueblo de Israel ha quebrantado el pacto contigo, ha derribado tus altares, ha dado muerte a tus profetas. ¡Sólo yo he quedado, y ahora están tratando de matarme a mí también!


ella le envió este mensaje a Elías: «¡Te juro por mis dioses, que mañana, a esta misma hora, tú serás hombre muerto! ¡Así como mataste a mis profetas, yo te mataré a ti!».


Entonces Sedequías hijo de Quenaná, se acercó a Micaías y lo golpeó en el rostro. ―¿Desde cuándo el Espíritu del Señor ha dejado de hablarme a mí, para hablarte a ti?


Asá estaba tan enojado con el vidente por haberle dicho esto, que lo mandó a la cárcel. Al mismo tiempo trató con crueldad a varias personas de la ciudad.


»Pero a pesar de todo esto, fueron desobedientes y se rebelaron contra ti. Dejaron tu ley, dieron muerte a los profetas que les exhortaban a volver a ti, e hicieron muchas otras cosas abominables.


Castigué a sus hijos pero nada les aprovechó: aún no quieren obedecer. Y ustedes mismos han matado a mis profetas como el león que mata su presa.


Estos, enfurecidos contra Jeremías, lo hicieron azotar y echar en un calabozo subterráneo de la casa del escriba Jonatán, la cual había sido convertida en prisión. Allí tuvieron varios días a Jeremías,


Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió a empleados suyos a recoger lo que le correspondía.


Entonces el dueño envió un grupo mayor de hombres a cobrar, pero estos corrieron la misma suerte.


¡Alégrense mucho, porque en el cielo les espera una gran recompensa! Así fue como persiguieron a los profetas antiguos.


¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados, que hasta mataron a los que predijeron la venida del Justo, que ustedes acaban de traicionar y asesinar?


El Cordero abrió el quinto sello. Vi entonces debajo del altar a las personas que habían muerto por predicar la palabra de Dios y por ser fieles testigos.


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