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Mateo 17:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

9 Al descender de la montaña, Jesús les ordenó que no le dijeran a nadie lo que habían visto, hasta que él se levantara de entre los muertos.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Mientras descendían de la montaña, Jesús les ordenó: «No le cuenten a nadie lo que han visto hasta que el Hijo del Hombre se haya levantado de los muertos».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: 'No hablen a nadie de esta visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado de entre los muertos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y mientras ellos descendían del monte, Jesús les encargó, diciendo: A nadie digáis la visión hasta que el Hijo del Hombre haya resucitado° de los muertos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Mientras iban bajando del monte, les mandó Jesús: 'No contéis a nadie esta visión, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos'.

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Mateo 17:9
16 Tagairtí Cros  

pero les encargaba rigurosamente que no se lo contaran a nadie.


Y, en efecto, ya vino, pero en vez de reconocerlo, lo trataron con la misma crueldad con que me tratarán a mí, que soy el Hijo del hombre.


―Porque tienen muy poca fe —les respondió Jesús—. Si tuvieran siquiera una fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a aquella montaña que se quitara de en medio y se quitaría. Nada les sería imposible.


Un día, estando aún en Galilea, les dijo: «Alguien me va a traicionar y me va a entregar a los que quieren matarme,


pero al tercer día resucitaré». Los discípulos se estremecieron de tristeza y temor.


Y al levantar la mirada, encontraron a Jesús solo.


―Las zorras tienen guaridas y las aves nidos —le respondió Jesús—; pero yo, el Hijo del hombre, no tengo ni dónde recostar la cabeza.


―No te detengas a conversar con nadie —le ordenó entonces Jesús—. Ve en seguida a que el sacerdote te examine y presenta la ofrenda que requiere la ley de Moisés, para que les conste que ya estás bien.


Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie.


Los padres estaban asombrados, pero él les ordenó que no contaran a nadie lo que había sucedido.


Después que se oyó la voz, Jesús quedó solo. Los discípulos por algún tiempo no le dijeron nada a nadie de lo que habían visto.


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