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Marcos 8:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 Allí llegaron los fariseos y empezaron a discutir con él. Para ponerlo a prueba le dijeron: ―Haz alguna señal en el cielo.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Cuando los fariseos oyeron que Jesús había llegado, se acercaron y comenzaron a discutir con él. Para ponerlo a prueba, exigieron que les mostrara una señal milagrosa del cielo que demostrara su autoridad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Vinieron los fariseos y empezaron a discutir con Jesús. Querían ponerlo en apuros, y esperaban de él una señal que viniera del Cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y los fariseos salieron y comenzaron a discutir con Él, pidiéndole una señal del cielo,° a fin de tentarlo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Salieron los fariseos y se pusieron a discutir con él, pidiéndole, para ponerle a prueba, una señal venida del cielo.

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Marcos 8:11
27 Tagairtí Cros  

Así que una vez más los israelitas se enojaron con Moisés y le dijeron: ―¡Danos agua, pues nos estamos muriendo de sed! Moisés les dijo: ―¿Por qué se enojan conmigo? ¿Están tratando de nuevo de poner a prueba la paciencia del Señor?


A ese lugar, Moisés lo llamó Masá, que significa tentación, porque allí los israelitas tentaron al Señor, diciendo: «¿Está el Señor entre nosotros, o no?». También lo llamó Meribá, que significa queja, pues allí el pueblo de Israel se quejó contra Dios.


De ahora en adelante, en lo que respecta a nosotros, más bien afirmaremos que los soberbios son dichosos. Porque es evidente que los que hacen el mal son los que prosperan y los que viven sin seguir las instrucciones de Dios salen bien librados de cualquier situación”».


Algunos maestros de la ley y fariseos se acercaron a Jesús para pedirle que realizara alguna señal milagrosa.


Varios fariseos, en una entrevista, trataron de hacerlo caer en la trampa de decir algo que luego ellos pudieran utilizar contra él. ―¿Apruebas el divorcio? —le preguntaron.


Ya de regreso en el templo, y mientras enseñaba, los principales sacerdotes y otros jefes judíos se le acercaron a exigirle que les explicara por qué había echado del templo a los mercaderes y quién le había dado autoridad para hacerlo.


Los fariseos se reunieron para tramar la manera de enredar a Jesús en sus propias palabras y hacerle decir algo que lo comprometiera.


Jesús, que sabía lo que se traían entre manos, les dijo: ―¡Hipócritas! ¿A quién se creen que están tratando de engañar con preguntas como esas? Enséñenme una moneda. Y ellos le mostraron una moneda romana de plata.


Aquel mismo día, algunos de los saduceos (que eran los que no creían en la resurrección de los muertos), le preguntaron:


Pero Jesús, conociendo su hipocresía, les replicó: ―¿Por qué me tienden trampas? Tráiganme una de las monedas con que se paga ese impuesto, para que la vea.


Cuando algunos de los maestros de la ley, que eran fariseos, vieron a Jesús comiendo con aquella gente, les preguntaron a los discípulos: ―¿Cómo es que este come con recaudadores de impuestos y con pecadores?


―¿Qué están discutiendo con ellos? —les preguntó.


Un maestro de la ley fue ante Jesús y lo quiso poner a prueba haciéndole esta pregunta: ―Maestro, ¿qué tengo que hacer para tener la vida eterna?


Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo.


Jesús le dijo: ―Ustedes sólo van a creer si ven señales y milagros.


Ellos insistieron: ―¿Qué señal milagrosa harás para que al verla te creamos? ¿Qué puedes hacer?


¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes o de los fariseos?


Ellos le estaban poniendo una trampa al hacerle esa pregunta, para así tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y comenzó a escribir en el suelo con su dedo.


Le dijo Pedro: —¿Por qué se pusieron de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? Detrás de esa puerta están los jóvenes que acaban de enterrar a tu esposo y ahora te sacarán también a ti.


No pongamos a prueba al Señor, porque muchos de ellos lo hicieron y murieron mordidos por serpientes.


No debes provocarlo ni probar su paciencia como lo hiciste cuando te quejaste en su contra en Masá.


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