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Marcos 10:47 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

47 Cuando oyó que Jesús de Nazaret se acercaba, se puso a gritar: ―¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Reina Valera 1960

47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

47 Cuando Bartimeo oyó que Jesús de Nazaret estaba cerca, comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

47 Al enterarse de que era Jesús de Nazaret el que pasaba, empezó a gritar: '¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

47 Cuando oyó que era Jesús el nazareno, comenzó a gritar y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

47 Cuando oyó que era Jesús de Nazaret, comenzó a gritar: '¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!'.

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Marcos 10:47
24 Tagairtí Cros  

La descendencia real de David será interrumpida, cortada como se hace con un árbol, pero del tronco surgirá un renuevo, una nueva rama de la antigua raíz.


Estos son los antepasados de Jesucristo, descendiente de David y de Abraham:


La gente estaba maravillada. «¡Quizás Jesús es el Hijo de David!» —exclamaban.


Una cananea, que vivía por allí, se le acercó suplicante: ―¡Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija tiene un demonio que la atormenta constantemente.


y se fueron a vivir a un lugar llamado Nazaret. Así se cumplieron las predicciones de los profetas que afirmaban que Jesús sería llamado nazareno.


Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al escuchar que Jesús iba a pasar por allí, se pusieron a gritar: ―¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!


―Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.


Y delante y detrás del cortejo, el pueblo lo aclamaba: ―¡Viva el Hijo del rey David! ¡Alábenlo! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Gloria a Dios!


Más tarde, a la salida, otra mujer lo vio y dijo a los que lo rodeaban: ―Ese hombre andaba con Jesús el nazareno.


Cuando regresaba de la casa del jefe judío, dos ciegos lo siguieron gritando: ―¡Hijo de David, apiádate de nosotros!


―¡Ah! ¿Por qué nos molestas, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé que eres el Santo de Dios.


Cuando llegó a Nazaret, donde se había criado, un sábado fue a la sinagoga, como era su costumbre. Allí se levantó a leer,


Natanael replicó: ―¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? Felipe le contestó: ―Ven y te convencerás.


Pilato mandó que pusieran un letrero sobre la cruz. En este estaba escrito: «jesús de nazaret, rey de los judíos».


Otros decían: «¡Es el Cristo!». Pero otros preguntaban: «¿Cómo puede el Cristo venir de Galilea?».


Ellos protestaron diciendo: ―¿También tú eres de Galilea? Investiga y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta.


―Le oímos decir —declararon— que Jesús de Nazaret destruirá el templo y cambiará las leyes de Moisés.


»Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a anunciar estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David. Yo soy la estrella resplandeciente de la mañana».


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