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Lucas 9:38 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

38 De entre toda esa gente, un hombre le dijo: ―Maestro, te ruego que ayudes a mi hijo, pues es el único que tengo.

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Biblia Reina Valera 1960

38 Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Un hombre de la multitud le exclamó: —Maestro, te suplico que veas a mi hijo, el único que tengo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 De pronto un hombre de entre ellos empezó a gritar: 'Maestro, te lo suplico, mira a este muchacho, el único hijo que tengo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 Y he aquí un varón de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas atentamente a mi hijo, que es mi unigénito;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 De pronto, un hombre que estaba entre la multitud se puso a gritar: '¡Maestro, fíjate en mi hijo, por favor! Es mi único hijo.

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Lucas 9:38
8 Tagairtí Cros  

Y nosotros le respondimos: “Sí, tenemos un padre, anciano, y un hijo de su vejez, el cual todavía es muy joven. El hermano de este murió y sólo él ha quedado de los hijos de su madre, y su padre lo ama mucho”.


Entonces llenaré las vidas de los habitantes de Jerusalén de espíritu de gracia y oración, y ellos pondrán su atención en mí, a quien traspasaron, y se lamentarán de su antiguo error como se llora la muerte de un primogénito, habrá luto como si se les hubiera muerto el hijo mayor.


Una cananea, que vivía por allí, se le acercó suplicante: ―¡Ten misericordia de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija tiene un demonio que la atormenta constantemente.


Cuando se acercaba a las puertas del pueblo, vio que llevaban a enterrar a un muerto. Se trataba del único hijo de una viuda, a quien acompañaba mucha gente del pueblo.


Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, mucha gente les salió al encuentro.


Un espíritu se apodera de él y, de repente, hace gritar al muchacho. También lo sacude con violencia y hace que eche espuma por la boca. Cuando por fin lo suelta, lo deja todo lastimado.


Cuando el funcionario se enteró de que Jesús había viajado de Judea a Galilea, fue a verlo y le suplicó que lo acompañara y sanara a su hijo, pues estaba a punto de morir.


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