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Lucas 21:36 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

36 Ustedes estén siempre vigilantes. Oren para que puedan escapar de todo lo que va a suceder, y así puedan presentarse delante del Hijo del hombre».

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Biblia Reina Valera 1960

36 Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 Manténganse siempre alerta. Y oren para que sean suficientemente fuertes para escapar de los horrores que vendrán y para presentarse delante del Hijo del Hombre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 Por eso estén vigilando y orando en todo momento, para que se les conceda escapar de todo lo que debe suceder y estar de pie ante el Hijo del Hombre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Así que velad en todo tiempo, rogando° tener fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y estar en pie delante del Hijo del Hombre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 Velad, pues, orando en todo tiempo, para que logréis escapar de todas estas cosas que han de sobrevenir, y para comparecer seguros ante el Hijo del hombre'.

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Lucas 21:36
34 Tagairtí Cros  

Porque él se goza en el Todopoderoso o se acuerda de Dios sólo en tiempos de crisis.


Por eso, los malvados no se sostendrán en el juicio, ni serán contados entre los buenos.


Pero, ¿quién podrá permanecer de pie cuando aparezca? ¿Quién podrá soportar el impacto que provocará su venida? Porque será tan poderosa como el intenso fuego que se utiliza para purificar metales preciosos, y actuará como una poderosa lejía de lavandero cuando empiece a purificarlos a ustedes.


Por lo tanto, deben estar listos, porque no saben cuándo vendrá el Señor.


De la misma manera que el padre de familia se mantiene vigilante para que los ladrones no se introduzcan en la casa,


ustedes también deben estar vigilantes para que mi regreso no los sorprenda.


»Por lo tanto, manténganse vigilantes, porque no saben cuándo ni a qué hora he de regresar.


Manténganse despiertos y oren, para que la tentación no los venza. Porque es cierto que el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil».


―Las zorras tienen guaridas y las aves nidos —le respondió Jesús—; pero yo, el Hijo del hombre, no tengo ni dónde recostar la cabeza.


Por eso, estén alertas y vigilen, porque ustedes no saben cuándo llegará ese tiempo.


Lo que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¡Manténganse vigilantes!».


El ángel le contestó: ―Yo soy Gabriel y estoy al servicio de Dios. Él me envió para hablar contigo y darte estas buenas noticias.


Jesús les contó una parábola a sus discípulos para enseñarles que debían orar siempre y sin desanimarse.


pero los que merecen resucitar en el mundo que viene, esos no se casarán,


Vendrá como una emboscada sobre todos los habitantes de la tierra.


Hombre piadoso, al igual que su familia, daba limosnas a manos llenas para el pueblo de Israel y oraba sin cesar.


Estén alertas; sean fieles al Señor. Pórtense con valor y sean fuertes.


Sabemos que el mismo Dios que resucitó al Señor Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús, y junto con ustedes nos llevará a su presencia.


Nunca se cansen de orar. Oren siempre con gratitud.


Por eso, tú mantente vigilante en todas las circunstancias, no temas sufrir, dedícate a la evangelización, cumple con los deberes de tu ministerio.


Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por tanto, sean serios y responsables en la oración.


Tengan cuidado y estén siempre alertas, pues su enemigo, el diablo, anda como león rugiente buscando a quién devorar.


Y ahora, queridos hijos, permanezcan en comunión con el Señor, para que, cuando vuelva, puedan presentarse delante de él seguros y sin tener de qué avergonzarse.


Y ahora, que la gloria, la majestad, el imperio y la potencia sean eternamente del único Dios, Salvador nuestro por medio de Jesucristo, quien tiene poder para conservarlos sin caída y, con gran alegría, presentarlos sin tacha ante su gloriosa presencia. Amén.


Los dos profetas en cuestión eran los dos olivos y los dos candeleros que están delante del Señor de la tierra.


¡El gran día de su ira ha llegado! ¿Quién podrá sobrevivir?».


Luego vi frente al trono y delante del Cordero a una gran multitud de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, todos vestidos de blanco y con ramas de palma en las manos. Era tan inmensa la multitud que nadie podía contarla.


Entretanto, los siete ángeles que estaban delante de Dios recibieron siete trompetas.


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