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Lucas 1:33 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

33 y reinará para siempre sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no tendrá fin.

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Biblia Reina Valera 1960

33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 y reinará sobre la casa de Jacob por los siglos, y de su reino no habrá fin.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 reinará por los siglos en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin'.

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Lucas 1:33
28 Tagairtí Cros  

Él será el que me va a edificar un templo, y yo estableceré su trono para siempre.


Tu dinastía y tu reino gozarán de mi favor, de modo que tu trono será establecido para siempre».


Tu trono, oh Dios, permanece para siempre; la justicia en tu mano, es un cetro real.


“Estableceré tu dinastía para siempre, y afirmaré tu trono por todas las generaciones”».


Su siempre creciente y pacífico reinado no acabará jamás. Gobernará con perfecta equidad y justicia desde el trono de David su padre. Traerá verdadera justicia y paz a todas las naciones del mundo. Esto ocurrirá porque el Dios Todopoderoso se ha empeñado en realizarlo.


Porque llegará un día, dice el Señor, en que pondré como rey en el trono del rey David una Rama justa. Será un Rey que gobierne con sabiduría y rectitud, que hará que la justicia sea la norma de todas las personas en la tierra.


»Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido, al que nadie jamás podrá conquistar. Este reino de Dios destruirá a todos estos reinos, pero él mismo permanecerá estable para siempre.


«Al cabo de los siete años yo, Nabucodonosor, alcé mi vista hacia el cielo, y recobré la razón, y elogié y rendí homenaje al Dios Altísimo y reconocí humildemente a Aquel que vive por todos los tiempos. Él gobernará para siempre, y su reino no tendrá fin.


Ordeno que en todo mi reino todos teman y tiemblen ante el Dios de Daniel. Pues su Dios es el Dios vivo, que no cambia, cuyo reino jamás será destruido y cuyo poder jamás se acabará.


Pero al final los santos del Dios Altísimo dominarán los gobiernos del mundo para siempre”.


Luego todas las naciones debajo del cielo, con todo su poder, serán entregadas al pueblo del Dios Altísimo. Ellos reinarán para siempre, y todos los gobernantes de la tierra le servirán y obedecerán”.


Porque vendrán libertadores a Jerusalén y gobernarán sobre todo Edom. ¡Y el Señor será el Rey!


Con los pocos que hayan quedado, aunque estén heridos o confusos, haré una nación poderosa. Yo mismo seré su Rey y la gobernaré para siempre desde Jerusalén.


Estos son los antepasados de Jesucristo, descendiente de David y de Abraham:


Pero él se les acercó y les dijo: ―He recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra.


María le preguntó al ángel: ―¿Cómo va a suceder esto, puesto que soy virgen?


Entonces, ¿perdieron valor las promesas de Dios? No. Lo que pasa es que no todos los que descienden de Israel son el verdadero pueblo de Israel.


Y si ustedes son de Cristo, son la verdadera descendencia de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo.


Que la misericordia y la paz de Dios reposen sobre los que viven de acuerdo con esta norma y sobre el Israel de Dios.


Porque los verdaderos circuncidados somos nosotros, los que por medio del Espíritu adoramos a Dios y nos llenamos de orgullo de pertenecer a Cristo Jesús. Nosotros no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos.


Pero de su Hijo, dice: «Tu trono, oh Dios, es eterno, y gobiernas tu reino con justicia.


El séptimo ángel tocó la trompeta, y varias voces potentísimas gritaron desde el cielo: «El reino de este mundo pertenece ahora a nuestro Señor y a su Cristo; y él reinará para siempre».


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