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Levítico 4:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

31 Se le quitará al animal toda la grasa, siguiendo el mismo procedimiento de la ofrenda de acción de gracias, y el sacerdote la quemará sobre el altar, como una ofrenda de grato olor al Señor. De esta manera el sacerdote hará expiación por aquel hombre, y este recibirá el perdón.

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Biblia Reina Valera 1960

31 Y le quitará toda su grosura, de la manera que fue quitada la grosura del sacrificio de paz; y el sacerdote la hará arder sobre el altar en olor grato a Jehová; así hará el sacerdote expiación por él, y será perdonado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Luego quitará toda la grasa de la cabra, tal como lo hace con la grasa de la ofrenda de paz. Quemará la grasa sobre el altar, y será un aroma agradable al Señor. Mediante este proceso, el sacerdote purificará a la persona, la hará justa ante el Señor y será perdonada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Quitará toda la grasa como suele quitarse de los sacrificios de comunión, la quemará sobre el altar como calmante olor para Yavé. Así hará la expiación por la persona y por su pecado, y será perdonada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Después le quitará toda la grasa, como se remueve la grasa de las ofrendas de paz, y el sacerdote la dejará consumir sobre el altar como olor que apacigua a YHVH. El sacerdote hará expiación a favor de él, y le será perdonado.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Luego separará toda la grasa, como se hizo con la grasa del sacrificio de comunión, y el sacerdote la quemará sobre el altar como calmante aroma para Yahveh. Así el sacerdote expiará por él y quedará perdonado.

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Levítico 4:31
39 Tagairtí Cros  

Al Señor le agradó mucho el olor de los sacrificios, y se dijo a sí mismo: «Nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa de la humanidad, pues todos los seres humanos están inclinados hacia el mal desde que son niños. ¡Jamás volveré a destruir a los seres vivos, como lo hice en esta ocasión!


Así los judíos podrán ofrecer sacrificios aceptables al Dios del cielo, y orar por mí y por mis hijos.


Ahora tomen siete becerros y siete carneros; vayan a mi siervo Job y presenten una ofrenda quemada en expiación por ustedes; y mi siervo Job orará por ustedes, y yo aceptaré su oración en favor suyo, y no los destruiré como debería hacerlo por su pecado, porque no han hablado rectamente respecto a mi siervo Job».


y lo quemarás sobre el altar. Este es un holocausto de muy grato olor para el Señor.


El Señor ha enaltecido su ley y la ha hecho verdaderamente gloriosa. Mediante ella había planeado mostrarle al mundo que él es justo.


Sin embargo, fue Dios mismo el que decidió humillarlo y hacerlo sufrir hasta la agonía. Pero el siervo ofreció su vida en sacrificio por nuestros pecados. Por eso, tendrá una larga vida y llegará a ver sus descendientes. Todos los planes de Dios se harán realidad por medio de sus manos.


Pero antes lavará los órganos internos y las patas con agua. Luego, el sacerdote quemará el sacrificio sobre el altar como un holocausto, como ofrenda encendida de olor grato al Señor.


Lavarán los órganos internos y las patas, y luego los sacerdotes lo quemarán todo sobre el altar. Será un holocausto, una ofrenda de olor grato al Señor.


El resto del aceite lo usará para ungir a la persona en la cabeza. De esta manera el sacerdote pedirá al Señor el perdón para aquella persona.


El sacerdote los ofrecerá allí, uno como ofrenda por el pecado y el otro en holocausto. De esta manera el sacerdote hará expiación delante del Señor por el hombre que haya padecido de flujo.


El sacerdote usará el cordero para hacer expiación por el pecado del hombre, y este será perdonado.


Entonces tomará un puñado, que simbolizará el total de la ofrenda, y lo entregará a uno de los sacerdotes para que queme el puñado de harina. Será una ofrenda quemada de grato olor al Señor.


»El sacerdote quemará solo una parte representativa de la ofrenda, pero toda ella será aceptada por el Señor.


Le quitará toda la grasa y la quemará sobre el altar.


Toda la grasa será quemada sobre el altar como se hace con el sacrificio de acción de gracias; de esta manera el sacerdote hará expiación por el jefe que haya pecado, y este será perdonado.


La grasa la usará siguiendo el mismo procedimiento del sacrificio del cordero en la ofrenda de acción de gracias: el sacerdote quemará la grasa en el altar, como en los demás sacrificios ofrecidos al Señor en el fuego; y hará expiación por el hombre, y este recibirá el perdón de sus pecados.


La segunda ave será ofrecida como holocausto siguiendo los procedimientos ya mencionados. De esta manera el sacerdote hará expiación por la persona que pecó, y esta será perdonada.


y presentará una ofrenda por su culpa: una hembra de ganado menor, oveja o cabra. El sacerdote hará la expiación por esa persona, y esta quedará perdonada.


A continuación lavó los intestinos y las extremidades en agua y los quemó sobre el altar, de modo que todo el carnero se consumió delante del Señor. Fue una ofrenda quemada de muy grato olor al Señor, por cuanto Moisés había seguido en forma estricta las órdenes que él le había dado.


El sacerdote hará esa ofrenda por el perdón de todo el pueblo de Israel y así quedarán libres de culpa. Era un error y lo han corregido con la ofrenda encendida al Señor y con su ofrenda por el pecado.


y una voz de los cielos dijo: «Este es mi Hijo amado, y en él me complazco».


Y vivan amando a los demás, siguiendo el ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros en sacrificio, como ofrenda de perfume agradable a Dios.


Él es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de su ser y el que sostiene el universo con su palabra poderosa. Y después de haber realizado la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de Dios en el cielo.


Pero este sacerdote le ofreció a Dios por los pecados un solo sacrificio para siempre. Después se sentó a la derecha de Dios,


Porque con un solo sacrificio hizo perfectos para siempre a los que está santificando.


Él entró una sola vez y para siempre al Lugar Santísimo. No entró con sangre de chivos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno.


Pero si, al igual que Cristo, vivimos en la luz, entre nosotros habrá compañerismo, y la sangre de Jesucristo el Hijo de Dios nos limpiará de todo pecado.


y dedicaron al Cordero este nuevo canto: «Eres digno de recibir el pergamino y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios un pueblo de entre todos los linajes, pueblos, lenguas y naciones.


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