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Levítico 26:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

19 Quebrantaré su orgulloso poder, y haré que el cielo sea como acero y la tierra como bronce.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Quebrantaré su espíritu orgulloso al hacer que el cielo sea tan rígido como el hierro y la tierra tan dura como el bronce.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Quebrantaré su orgullosa fuerza; haré que el cielo sea de hierro para ustedes y la tierra de bronce.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Quebrantaré la soberbia de vuestro poderío, y tornaré vuestros cielos como hierro y vuestra tierra como bronce.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Quebrantaré el orgullo de vuestro poderío, haré como de hierro vuestro cielo y como de bronce vuestra tierra.

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Levítico 26:19
20 Tagairtí Cros  

Elías, el profeta de Tisbé de Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor, Dios de Israel, vive, el Dios al cual adoro y sirvo, te digo que no habrá rocío ni lluvia durante varios años en Israel, hasta que yo lo diga».


»Y cuando los cielos se cierren y no haya lluvia, por causa de los pecados de tu pueblo, óyelos desde los cielos, y perdónalos cuando ellos oren en este lugar y confiesen tu nombre. Después que los hayas castigado, ayúdalos para que sigan los buenos caminos en los que debieron haber andado y envía la lluvia sobre la tierra que les has dado.


En aquel día el Señor Todopoderoso marchará contra los orgullosos y altivos y los humillará hasta que estén postrados en el polvo.


Dios los echará abajo, como el nadador que empuja el agua con sus manos. Acabará con el orgullo y las malas obras de ellos.


El Señor humilla a los orgullosos y convierte en polvo a la ciudad altiva; las murallas de esta se derrumban


¡Ay de la ciudad de Samaria! Samaria, rodeada de su rico valle, orgullo y deleite de los borrachos de Israel. ¡Ay de su belleza que se marchita, máximo esplendor de una nación cuyos hombres yacen ebrios por las calles!


Por eso han faltado hasta las lluvias de primavera, porque tú eres una coqueta del todo desvergonzada.


Pues el Señor Dios dice: «¡Todos los aliados de Egipto también caerán, y así será doblada su arrogancia de considerarse invencible! Desde Migdol hasta Asuán caerán abatidos por los ejércitos enemigos.


Yo desolaré la tierra y su orgullo, y su poder cesará. Y los pueblos de las montañas de Israel estarán tan arruinados que nadie podrá siquiera caminar por ellos.


Aplastaré el orgullo de Jerusalén trayendo a las peores naciones para ocupar sus hogares, destruir las fortificaciones de las que están tan orgullosos los israelitas y contaminar el templo.


»Ahora yo, Nabucodonosor, elogio y reconozco y respeto al Rey del cielo porque todas sus obras son rectas y buenas. Él es capaz de humillar a los orgullosos».


Ese día ya no tendrán que sentir vergüenza por sus maldades antiguas, porque ya no los trataré como rebeldes. Pero eso sí, quitaré de en medio de ustedes a todo hombre soberbio y arrogante; no habrá orgullo ni altanería en Jerusalén y alrededores.


En tiempos de Elías no llovió por tres años y medio y hubo mucha hambre en toda la tierra. En Israel vivían muchas viudas en esa época;


Porque si lo hacen, la ira del Señor se encenderá en su contra y cerrará los cielos de modo que no haya lluvia ni cosechas, y todos ustedes perecerán en la buena tierra que el Señor les ha dado.


»Los cielos sobre ti serán como bronce, la tierra debajo de ti será como el acero.


Y el cofre de Dios fue capturado y Ofni y Finés murieron.


Cuando los israelitas regresaron a su campamento, sus caudillos discutían la causa por la que el Señor había permitido que fueran derrotados. «Traigamos el cofre desde Siló —dijeron—. Si la llevamos con nosotros a la batalla, el Señor estará entre nosotros y seguramente nos salvará de nuestros enemigos».


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