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Levítico 19:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

28 »No se harán cortes ni tatuajes en el cuerpo, para venerar a los muertos. Yo soy el Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

28 Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 »No te hagas cortes en el cuerpo por los muertos ni te hagas tatuajes en la piel. Yo soy el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 No se hagan cortes en su cuerpo por los muertos; no lleven inscripciones o tatuajes en su cuerpo: ¡Yo soy Yavé!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 No haréis sajaduras en vuestra carne a causa de un muerto, ni os haréis marcas de tatuaje en vosotros.° Yo, YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 No os haréis incisiones en el cuerpo por un difunto, ni llevaréis sobre vosotros tatuaje alguno. Yo, Yahveh.

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Levítico 19:28
18 Tagairtí Cros  

Entonces ellos gritaron con más fuerza y, según era su costumbre, comenzaron a cortarse con cuchillos y espadas hasta chorrear sangre.


Tanto los grandes como los pequeños morirán en esta tierra, insepultos y sin haber quien los llore. Sus amigos no se harán heridas ni se raparán la cabeza en señal de dolor, como es la costumbre.


Angustiados, los hombres se rasuran la cabeza y la barba, se hieren el cuerpo y visten saco penitencial.


»No deben recortarse el pelo ni la punta de la barba, pues eso lo hacen los paganos.


»No violarán la pureza de su hija haciéndola prostituta, para que la tierra no se llene de maldad.


El Señor ordenó a Moisés que les diera a los sacerdotes, descendientes de Aarón, estas instrucciones: «No deben tocar ningún muerto, pues eso los hará impuros.


ni acercarse a un cadáver, aun cuando sea su padre o su madre.


»Los sacerdotes no se recortarán el pelo ni la punta de la barba; ni se harán cortes en la carne.


Día y noche vagaba solitario por los sepulcros y los montes gritando e hiriéndose con piedras afiladas.


Así que los otros discípulos le dijeron: ―¡Hemos visto al Señor! Tomás les respondió: ―Si no veo las heridas de los clavos en sus manos y meto en ellas mi dedo, y mi mano en su costado, no lo creeré.


»Puesto que ustedes son el pueblo de Dios, no se harán heridas en el cuerpo, ni se raparán las cabezas para asistir a funerales.


El humo de su tormento se elevará eternamente, y el que adore a la bestia y a su estatua o se deje marcar con su nombre no tendrá alivio ni de día ni de noche».


Inmediatamente, un tercer ángel lo siguió gritando: «¡Cualquiera que adore a la bestia y a su estatua, y se deje marcar en la frente o en la mano,


Vi también algo semejante a un océano de fuego y vidrio, sobre el que estaban de pie los que habían salido victoriosos de su lucha con la bestia, su estatua y el número que representa su nombre. En las manos traían las arpas de Dios,


El primer ángel derramó su copa sobre la tierra, y una llaga maligna y asquerosa brotó en las personas que tenían la marca de la bestia y adoraban su estatua.


Y la bestia cayó presa, y con ella el falso profeta que podía realizar milagros en presencia de la bestia. Con esos milagros había engañado a los que aceptaron la marca de la bestia y adoraron su imagen. Los dos fueron arrojados vivos en el lago de fuego que arde con azufre.


Entonces vi que los que habían recibido la facultad de juzgar se sentaron en tronos. Y vi a las almas de los que habían muerto decapitados por dar testimonio de Jesús y por proclamar la palabra de Dios. Ellos no habían adorado a la bestia ni habían aceptado que los marcaran en la frente o en la mano. Vi que resucitaban y reinaban con Cristo mil años.


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