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Levítico 16:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

2 le dijo el Señor a Moisés: «Adviértele a tu hermano Aarón que no puede entrar en cualquier momento al Lugar Santísimo, que está detrás de la cortina, donde se encuentra el cofre del pacto cubierto con el propiciatorio. El castigo por hacerlo es la muerte. Porque yo mismo estoy presente en la nube que está sobre el propiciatorio.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

2 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 El Señor le dijo a Moisés: «Advierte a tu hermano Aarón que no entre cuando quiera en el Lugar Santísimo que está detrás de la cortina interior; si lo hace, morirá. Pues allí está la tapa del arca —el lugar de la expiación—, y yo mismo estoy presente en la nube que está sobre la tapa de la expiación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Le dijo: 'Di a tu hermano Aarón que no entre en cualquier tiempo en el Santuario que está detrás del velo, ni se presente ante el lugar del Perdón que está encima del Arca, no sea que muera, pues es allí donde yo me manifiesto en medio de la nube, encima del Lugar del Perdón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y dijo YHVH a Moisés: habla a tu hermano Aarón que no en todo tiempo entre en el Santuario detrás del velo,° delante del propiciatorio que está sobre el Arca, no sea que muera, porque Yo me muestro en la nube sobre el propiciatorio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Dijo Yahveh a Moisés: 'Di a tu hermano

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Levítico 16:2
26 Tagairtí Cros  

El Lugar Santísimo, que estaba al fondo del templo, y medía nueve metros, también fue recubierto de madera de cedro, desde el piso hasta el techo.


Entonces los sacerdotes llevaron el cofre y lo introdujeron en el santuario interior del templo, es decir, en el Lugar Santísimo, y lo colocaron debajo de las alas de los querubines.


»Una vez al año, Aarón deberá consagrar el altar, poniendo sobre los cuernos la sangre de la ofrenda de expiación por el pecado. Esta será una ceremonia que se hará sin falta cada año, de generación en generación, porque este es el altar que ha sido consagrado por completo al Señor».


Allí, delante del Señor, pondrá incienso sobre las brasas, para que la nube de incienso cubra el propiciatorio que está sobre el cofre del pacto. De esta manera no morirá.


»Esta será una ley permanente para ustedes, para que hagan expiación por los pecados del pueblo de Israel una vez al año». Y todo se hizo conforme a las instrucciones que el Señor le había dado a Moisés.


Luego reiteró a Aarón y a sus hijos que debían permanecer a la entrada del santuario día y noche durante siete días. Les repitió: «Si dejan su lugar, morirán, pues es lo que el Señor ha dicho».


Y el Señor le dijo a Moisés: «Coloca la vara de Aarón dentro del cofre como advertencia a los rebeldes. De esta manera detendrás las protestas de la gente y evitarás que mueran».


Pero tú, y tus hijos, personalmente llevarán a cabo el servicio sagrado incluyendo el del altar y todo lo que está dentro de la cortina, porque el sacerdocio es una tarea especial que Dios ha puesto en tus manos. Cualquier persona que trate de realizar estos deberes sin ser de tus descendientes morirá».


Esto es lo que tienen que hacer para que no mueran cuando trasladen las cosas santas: Aarón y sus hijos entrarán con ellos y les indicarán lo que cada uno debe transportar.


»Cuando el campamento se traslade, Aarón y sus hijos entrarán primero en el santuario, quitarán el velo y cubrirán el cofre con él.


Al instante, el velo que ocultaba el Lugar Santísimo del templo se rompió en dos de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron,


Esta esperanza es como un ancla firme y segura para nuestra alma y penetra hasta la presencia misma de Dios.


Tampoco entró en el cielo para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre que no es la suya.


Detrás de la segunda cortina estaba la parte llamada Lugar Santísimo,


Encima del cofre estaban los querubines de la gloria, que cubrían con su sombra la tapa del cofre. Pero ahora no es necesario hablar de eso con detalles.


Entonces, el templo se llenó del humo de la gloria y del poder de Dios; y nadie podía entrar allí mientras los siete ángeles no hubieran terminado de derramar las siete plagas.


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