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Jueces 6:23 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

23 ―Es cierto —respondió el Señor—. Pero no tengas miedo. No morirás.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

23 Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 —No te preocupes —le contestó el Señor—. No tengas miedo; no morirás.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Pero Yavé le dijo: 'No tengas miedo, porque no morirás'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Pero YHVH le dijo: ¡Paz sea contigo! No temas, no morirás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Pero Yahveh le contestó: 'La paz sea contigo. No temas; que no morirás'.

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Jueces 6:23
12 Tagairtí Cros  

A aquel lugar Jacob le puso Peniel (rostro de Dios), porque dijo: «Vi a Dios cara a cara y me dejó con vida».


Salía el sol cuando Jacob emprendió el camino, y renqueaba a causa de su cadera.


―No se preocupen por ello —les dijo el mayordomo—; su Dios, el Dios de su padre, debe de haberlo puesto allí, porque nosotros recibimos el dinero completo. Entonces soltó a Simeón y lo llevó a donde ellos estaban,


Estoy atento a cuanto el Señor está diciendo, porque da palabras de paz a su pueblo, a sus fieles. No los dejes regresar a sus caminos de necedad.


“Dios te ama muchísimo”, me dijo. “No temas. ¡Cálmate y sé fuerte, sí, ten ánimo!”. »De repente, mientras decía estas palabras, yo me sentí más fuerte y le dije: “Ahora puede seguir adelante y hablar, señor, pues me ha fortalecido”.


»Les dejo la paz, les doy mi paz; pero no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni tengan miedo.


El primer día de la semana por la tarde, mientras los discípulos estaban reunidos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús. Se puso en medio de ellos y los saludó diciendo: ―¡La paz sea con ustedes!


Ocho días después, estaban los discípulos reunidos otra vez en la casa, y Tomás estaba con ellos. Las puertas estaban cerradas, pero Jesús entró, se puso en medio de ellos y los saludó diciendo: ―¡La paz sea con ustedes!


―No se preocupen —dijo el anciano—, vengan a mi casa. No deben pasar la noche en la plaza. Es muy peligroso.


Cuando Gedeón comprendió que realmente había sido el ángel del Señor gritó: ―¡Ay, Señor Dios, he visto a tu ángel cara a cara!


Gedeón edificó allí un altar y lo llamó El Señor es la paz. El altar está en Ofra, en la tierra de los abiezeritas.


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