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Jueces 19:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

1 En aquellos días, antes que hubiera rey en Israel, hubo un hombre de la tribu de Leví que vivía en la parte más remota de la región montañosa de Efraín, que llevó a su casa a una mujer de Belén de Judá para que fuera su concubina.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

1 En aquellos días, cuando no había rey en Israel, hubo un levita que moraba como forastero en la parte más remota del monte de Efraín, el cual había tomado para sí mujer concubina de Belén de Judá.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En esos días, Israel no tenía rey. Hubo un hombre de la tribu de Leví que vivía en un lugar remoto de la zona montañosa de Efraín. Cierto día se llevó a su casa a una mujer de Belén de Judá, para que fuera su concubina.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 En ese tiempo no había rey en Israel. Un levita que vivía en el extremo de la montaña de Efraín tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 En aquellos días en que no había rey en Israel, sucedió también que cierto varón levita que residía en los confines de la serranía de Efraín, tomó como concubina a una mujer de Bet-léhem de Judá.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Por aquel tiempo, cuando aún no había rey en Israel, un levita que residía como forastero en los confines de la montaña de Efraín tomó como concubina a una mujer de Belén de Judá.

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Jueces 19:1
29 Tagairtí Cros  

Además, con su concubina Reumá, Najor tuvo cuatro hijos, que fueron: Tébaj, Gaján, Tajás y Macá.


A los hijos de sus otras mujeres les dio regalos, y los envió hacia el oriente, para alejarlos de Isaac.


Muerta Raquel, fue sepultada junto al camino a Efrata (que también se llama Belén).


Enseguida levantaron una tienda en el terrado del palacio, donde todos pudieran ver; y Absalón entró en la tienda para acostarse con las concubinas de su padre.


Entonces Joab fue a la habitación del rey y le dijo: «Avergüenza a todos sus siervos que han salvado su vida y la de sus hijos e hijas, y la de sus esposas y concubinas; como si hubiéramos cometido un delito.


Cuando llegó a su palacio, David ordenó que las diez esposas que había dejado para que cuidaran la casa fueran puestas en reclusión. Siguió dándoles su sustento, pero no volvió a dormir con ellas. Así fue que, hasta el día de su muerte, esas mujeres vivieron encerradas y como si fueran viudas.


Aprovechando la posición en que se encontraba, se acostó con una de las concubinas de Saúl, una mujer llamada Rizpa, hija de Ayá. Cuando Isboset le llamó la atención por esto,


Después de trasladarse de Hebrón a Jerusalén, David tomó otras esposas y concubinas, y tuvo muchos hijos e hijas.


Tuvo setecientas esposas y trescientas concubinas; y ellas hicieron que su corazón se apartara del Señor,


Los nombres de estos doce oficiales eran: Ben Jur, que tenía a su cargo la región montañosa de Efraín; Ben Decar, cuya zona era Macaz, Salbín, Bet Semes, y Elón Bet Janán; Ben Jésed, cuya zona era Arubot, incluyendo Soco y toda la tierra de Héfer; Ben Abinadab (que se casó con la hija de Salomón, la princesa Tafat), cuya área eran los territorios de Dor; Baná hijo de Ajilud, cuya área estaba compuesta por Tanac y Meguido, toda Betseán, que está cerca de Saretán, más abajo de Jezrel, y todo el territorio desde Betseán hasta Abel Mejolá, y hasta más allá de Jocmeán; Ben Guéber, cuya zona era Ramot de Galaad, incluyendo los pueblos de Yaír hijo de Manasés, en Galaad; y en la región de Argob, en Basán, incluyendo sesenta ciudades amuralladas, con puertas de bronce; Ajinadab hijo de Idó, cuyo territorio era Majanayin; Ajimaz (que se casó con Basemat, otra de las hijas de Salomón) tenía a su cargo el área de Neftalí; Baná hijo de Husay, cuyas zonas eran Aser y Alot; Josafat hijo de Parúaj, que tenía a su cargo Isacar; Simí hijo de Elá, cuya área era Benjamín; Guéber hijo de Uri, cuya área era Galaad, incluyendo los territorios de Sijón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán. Un intendente estaba a cargo de la supervisión en aquella tierra.


Amaba a Macá más que a cualquiera de sus otras esposas y concubinas (tenía dieciocho esposas y sesenta concubinas, con veintiocho hijos y sesenta hijas).


Así que trajeron las copas de oro que habían sido robadas del templo en Jerusalén, y bebieron en ellas el rey, sus esposas y concubinas, y los nobles de su reino.


Fueron unidos a sus esposas por el Señor. Dios, en su sabiduría, hizo que los dos llegaran a ser como una sola existencia delante de sus ojos cuando se casaron. ¿Qué es lo que él quiere? Hijos piadosos, producto de su unión. Por eso, ¡tengan cuidado de no ser infieles a la esposa de su juventud!


»“Y tú, Belén, que estás en Judá, no eres la menos importante de Judá, porque de ti saldrá un caudillo que guiará a mi pueblo Israel”».


Fue sepultado en su propiedad en Timnat Sera, en las montañas de Efraín, al norte del monte de Gaas.


También murió Eleazar el hijo de Aarón, y fue sepultado en Guibeá, la ciudad de Finés su hijo, en las montañas de Efraín.


El juez que le sucedió fue Ibsán, que vivió en Belén.


En la región montañosa de Efraín vivía un hombre llamado Micaías.


En aquellos días no había rey en Israel y cada uno hacía lo que quería.


Un día llegó a aquel lugar un joven levita sacerdote de Belén que buscaba un buen lugar para vivir, y acertó a detenerse en la casa de Micaías.


Como ya se ha dicho, no había rey en Israel en aquel tiempo. La tribu de Dan estaba tratando de encontrar un lugar donde establecerse, pues aún no habían recibido su heredad para establecerse allí.


y luego siguieron hasta la región montañosa de Efraín. Cuando pasaron por casa de Micaías,


Pero en eso apareció un anciano que regresaba de su trabajo a su hogar, pues trabajaba en el campo (originalmente era de la región montañosa de Efraín pero vivía en Guibeá, aun cuando era territorio de Benjamín).


Pero ella se enojó con él y huyó, y regresó a la casa de su padre en Belén, donde estuvo unos cuatro meses.


En aquel tiempo no había rey en Israel y cada hombre hacía lo que bien le parecía.


Cuando entró en la región montañosa de Efraín, hizo sonar una trompeta llamando a las armas, y reunió a los varones israelitas bajo su mando.


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