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Jueces 17:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

3 y él le devolvió el dinero. ―Lo voy a consagrar al Señor a favor tuyo. Con él haremos un ídolo fundido y tallado.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y él devolvió los mil cien siclos de plata a su madre; y su madre dijo: En verdad he dedicado el dinero a Jehová por mi hijo, para hacer una imagen de talla y una de fundición; ahora, pues, yo te lo devuelvo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Entonces él le devolvió el dinero, y ella dijo: —Ahora consagro estas monedas de plata al Señor. En honor a mi hijo, haré tallar una imagen y fundir un ídolo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El le devolvió las mil cien monedas de plata. Pero su madre dijo: 'Yo misma había dedicado este dinero a Yavé por mi hijo, para que hiciera un ídolo y una estatua de bronce; te puedes quedar con él'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y él devolvió los mil cien ciclos de plata a su madre, y su madre dijo: En verdad consagro por mi mano esta plata a YHVH, en favor de mi hijo, para que se haga una imagen esculpida, y otra de fundición.° Ahora, pues, te la devuelvo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Devolvió él los mil cien siclos de plata a su madre, y ella dijo: 'Yo había consagrado solemnemente y de forma voluntaria este dinero a Yahveh en favor de mi hijo, para fabricar una estatua y una imagen de metal fundido'. Él dijo: 'Ahora te lo devuelvo'.

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Jueces 17:3
21 Tagairtí Cros  

Colocó el ídolo que había hecho en el mismo templo de Dios, lugar del cual Dios le había dicho a David y a su hijo Salomón: «Seré honrado en este templo y en Jerusalén, la ciudad que he escogido de entre las demás ciudades de Israel.


Recuerden que no deben adorar ídolos, ya sean de plata, de oro o de algún otro material.


»No te harás ídolos ni imágenes de nada que esté en el cielo, en la tierra o en lo profundo del mar.


No tendrás nada que ver con los ídolos.


Y destruirán todos sus ídolos de plata y todas sus imágenes de oro, y arrojarán todo como inmundicia que les repugna tocar. ―¡Uf!, les dirán, ¡fuera!


Pero los que eligen sus propios caminos deleitándose en sus pecados, son malditos. Dios no aceptará sus ofrendas. Cuando se hagan esa clase de sacrificios en el altar de Dios, Dios los rechazará. Si sacrifican un cordero o traen una ofrenda de grano, es tan aborrecible para Dios como poner un perro o sangre de puercos sobre su altar. Cuando le queman incienso, él lo considera como si estuvieran adorando a un ídolo.


Los hombres más sabios, pero que adoran ídolos, en realidad son tontos e insensatos.


A ustedes los echarán fuera de las sinagogas; y llegará el día en que cualquiera que los mate pensará que le está prestando un servicio a Dios.


Derribarás los altares, destruirás las estatuas, quemarás las imágenes de Aserá, destruirás los ídolos de metal y no dejarás nada que te los recuerde.


“Maldito sea cualquiera que adore ídolos, aun si lo hace en secreto; sea de madera tallada o de metal fundido, porque el Señor aborrece estos ídolos hechos por la gente”. Y el pueblo responderá: “Amén”.


«Ahora sí que el Señor me ha de bendecir —exclamó Micaías—, porque tengo un sacerdote de verdad, ¡un levita!».


Un día le dijo a su madre: ―Aquellas mil cien monedas de plata que te habían robado, y por las cuales echaste una maldición contra el ladrón delante de mí, yo las robé. ―Dios te bendiga por confesarlo —respondió su madre—,


Tomó, pues, doscientas monedas y se las llevó a un platero, y el ídolo que hizo fue colocado en un santuario que Micaías hizo.


Luego instalaron los ídolos y designaron a un hombre llamado Jonatán, hijo de Gersón y biznieto de Moisés, y a sus hijos para que fueran sacerdotes. Esta familia continuó en el sacerdocio hasta que la ciudad fue finalmente conquistada en la época del cautiverio.


―Bien —dijeron—, pídele entonces a Dios que te diga si nuestro viaje tendrá éxito.


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