Juan 8:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¹⁸ Yo mismo soy uno de mis testigos; y mi Padre que me envió es el otro.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

¹⁸ Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁸ Yo soy uno de los testigos, y mi Padre, quien me envió, es el otro.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁸ Yo doy testimonio de mí mismo, y también el Padre que me ha enviado da testimonio de mí.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁸ Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁸ Yo doy testimonio de mí mismo, pero también da testimonio de mí el Padre que me ha enviado'.

Juan 8:18 Tagairtí Cros

Números 35:30

»Todos los homicidas serán ejecutados, pero solamente si hay más de un testigo. Ningún hombre podrá ser ejecutado por el testimonio de una sola persona.

Juan 10:11

»Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.

Juan 10:14

Yo soy el buen pastor. Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí,

Juan 10:30

El Padre y yo somos uno.

Juan 10:9

Yo soy la puerta; el que entra por esta puerta, se salvará. Podrá entrar y salir, y hallará pastos.

Juan 11:25

Jesús le dijo: ―Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá;

Juan 14:6

Jesús le contestó: ―Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre si no es por mí.

Juan 8:12

Jesús, una vez más le habló a la gente diciendo: ―Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, porque tendrá la luz de la vida.

Juan 8:25

Le preguntaron: ―¿Quién eres tú? Jesús les contestó: ―En primer lugar, ¿por qué tengo que darles explicaciones?

Juan 8:38

Yo hablo de lo que he visto al estar con mi Padre. Así también ustedes, hagan lo que del Padre han escuchado.

Juan 8:51

La verdad es que el que obedece mi palabra, nunca morirá.

Juan 8:58

―La verdad es que, antes que Abraham naciera, yo existo.

Hebreos 2:4

Además, Dios confirmó su mensaje acerca de esta verdad por medio de señales, prodigios, diversos milagros y dones que el Espíritu Santo distribuye según su voluntad.