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Juan 18:38 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

38 Pilato preguntó: ―¿Y qué es la verdad? Luego de decir esto, salió otra vez a ver a los judíos. Él dijo: ―Yo no encuentro a este culpable de nada.

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Biblia Reina Valera 1960

38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 —¿Qué es la verdad? —preguntó Pilato. Entonces salió de nuevo adonde estaba el pueblo y dijo: —Este hombre no es culpable de ningún delito,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Pilato dijo: '¿Y qué es la verdad?' Dicho esto, salió de nuevo donde estaban los judíos y les dijo: 'Yo no encuentro ningún motivo para condenar a este hombre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 Le dice Pilato: ¿Qué es verdad? Y habiendo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dice: Yo no hallo en él ningún delito;°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 Pilato le dice: '¿Y qué es la verdad?'. Tras decir esto, salió de nuevo hacia los judíos y les dice: 'Yo no encuentro en él ningún delito.

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Juan 18:38
14 Tagairtí Cros  

Cuando Pilato se dio cuenta de que no estaba logrando nada y que estaba a punto de formarse un disturbio, pidió que le trajeran una palangana de agua y se lavó las manos en presencia de la multitud. Y dijo: ―Soy inocente de la sangre de este hombre. ¡Allá ustedes!


Él les decía: ―¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Pero ellos gritaron todavía más fuerte: ―¡Crucifícalo!


Entonces Pilato le dijo a los jefes de los sacerdotes y a la gente: ―No encuentro nada que haga culpable a este hombre.


Pilato volvió a entrar al palacio y llamó a Jesús. Le preguntó: ―¿Eres tú el rey de los judíos?


Pilato volvió a salir y les dijo a los judíos: ―Aquí está. Lo saqué para que sepan que no creo que sea culpable de nada.


Al verlo, los jefes de los sacerdotes y los guardias gritaron: ―¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Pilato les respondió: ―Llévenselo y crucifíquenlo ustedes. Yo no creo que sea culpable de nada.


Al oírlo hablar de la resurrección de un muerto, algunos se rieron; pero otros dijeron: ―Queremos que otro día nos hables de esto.


sino con la preciosa sangre de Cristo, que fue como un cordero sin mancha y sin defecto.


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