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Juan 12:38 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

38 Así se cumplió lo que el profeta Isaías había dicho: «Señor; ¿quién ha creído en nuestro mensaje? ¿A quién se le ha mostrado el poder del Señor?».

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Biblia Reina Valera 1960

38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

38 Eso era precisamente lo que el profeta Isaías había predicho: «Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje? ¿A quién ha revelado el Señor su brazo poderoso?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

38 Tenía que cumplirse lo dicho por el profeta Isaías: Señor, ¿quién ha dado crédito a nuestras palabras? ¿A quién fueron revelados los caminos del Señor?

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La Biblia Textual 3a Edicion

38 para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién fue revelado el brazo del Señor?°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

38 Así se cumplía el oráculo que pronunció el profeta Isaías: Señor, ¿quién creyó en nuestro mensaje? ¿Y a quién se ha revelado el poder del Señor?

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Juan 12:38
24 Tagairtí Cros  

Entonces el rey Ezequías y el profeta Isaías hijo de Amoz, clamaron en oración al Dios del cielo,


No fue con su espada, ni por su propia fuerza y habilidad que vencieron, sino por tu gran poder y porque tú les sonreíste y los favoreciste.


Mi justicia vendrá pronto, mi salvación está en camino. Yo gobernaré a las naciones, ellas me esperarán y anhelarán mi venida.


¡Despierta, oh Señor! ¡Levántate y vístete con tu manto de fortaleza! ¡Álzate como antaño, cuando destruiste a los egipcios!


¡Nadie cree lo que hemos proclamado! ¡Nadie ha sido testigo del poder de Dios!


¡Hipócritas! Bien dijo de ustedes el Profeta Isaías:


―Dios te ha bendecido, Simón, hijo de Jonás —le dijo Jesús—, porque esto no lo aprendiste de labios humanos. ¡Mi Padre celestial te lo reveló personalmente!


Una vez clavado en la cruz, los soldados echaron suertes para repartirse su ropa,


Jesús había hecho muchas señales milagrosas en presencia de ellos, y a pesar de eso, todavía no creían en él.


Por eso no podían creer, pues Isaías también había dicho:


Pero esto pasa así, para que se cumpla lo que está escrito en la ley de ellos: “Me odiaron sin motivo”.


Mientras estaba con ellos, los protegía y los cuidaba con el poder de tu nombre. Y ninguno se perdió, excepto aquel que nació para perderse, para que así se cumpliera la Escritura.


Los soldados se dijeron unos a otros: ―No la dividamos. Mejor echemos suertes para ver a quién le toca. Y así lo hicieron, y de esta forma se cumplió la Escritura que dice: «Se repartieron mi manto, y sobre mi túnica echaron suertes».


Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron las buenas noticias. Por eso el profeta Isaías exclamó: «Señor, ¿quién ha creído nuestro mensaje?».


Luego, Dios dice claramente, por medio de Isaías, lo siguiente: «Naciones que ni siquiera me andaban buscando, me hallarán; me di a conocer a los que no se interesaban por mí».


Pero para los llamados, ya sean judíos o gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.


revelarme a su Hijo, para que fuera a predicarlo entre los gentiles, no fui inmediatamente a consultar con nadie,


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