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Josué 8:35 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

35 Cada mandamiento que Moisés les había dado fue leído delante de toda la asamblea, incluyendo a las mujeres, a los niños y a los extranjeros que vivían en medio de Israel.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

35 No hubo palabra alguna de todo cuanto mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, y de las mujeres, de los niños, y de los extranjeros que moraban entre ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Cada palabra de cada mandato que Moisés había dado se leyó a todos los israelitas reunidos en asamblea, incluso a las mujeres, a los niños y a los extranjeros que vivían entre ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Josué leyó las instrucciones de Moisés, sin exceptuar nada, en presencia de la comunidad de Israel, en presencia de las mujeres, de los niños y de los extranjeros que vivían con ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 No hubo palabra de todo lo que ordenó Moisés, que Josué no leyera frente a toda la congregación de Israel, tanto a mujeres como a pequeños, y al extranjero que andaba en medio de ellos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 No quedó disposición de cuantas había ordenado Moisés que no leyera Josué delante de toda la asamblea de Israel, incluidos mujeres y niños, y los extranjeros que moraban entre ellos.

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Josué 8:35
15 Tagairtí Cros  

Mientras Esdras oraba, lloraba y confesaba el pecado del pueblo, de rodillas delante del templo de Dios, una gran multitud de hombres, mujeres y niños llegó y se puso a llorar amargamente, junto a él.


También salieron con ellos personas de diferentes nacionalidades, con gran cantidad de vacas y ovejas.


Ponte frente al templo del Señor y dale un anuncio a todo el pueblo que desde muchos sitios de Judá se ha congregado allí para ofrecer culto. Dales el mensaje completo, no descartes ni una sola de las palabras que tengo para que las escuchen.


Traigan a todos: ancianos, niños, y aun a los recién nacidos. También los recién casados deben salir de su alcoba matrimonial y asistir a la asamblea.


»En aquellos días», dice el Señor Todopoderoso, «sucederá que diez habitantes de diversas naciones agarrarán a un judío por su manto, y le dirán: “¡Por favor, permítenos ir contigo a Jerusalén! ¡Sabemos que Dios está con ustedes!”».


Cuando Jesús se dio cuenta, se disgustó con los discípulos. ―Dejen que los niños vengan a mí —les dijo—, porque de quienes son como ellos es el reino de los cielos. ¡No se lo impidan!


porque jamás he eludido la responsabilidad de declararles todo el mensaje de Dios.


Al cabo de la semana, cuando regresamos al barco, la congregación en pleno, incluyendo esposas e hijos, nos acompañaron hasta la orilla del mar, donde oramos


Todos ustedes, sus dirigentes, el pueblo, sus jueces y funcionarios administrativos, están hoy delante del Señor su Dios,


junto con sus pequeños, sus viudas y los exiliados que viven entre ustedes, los que cortan la leña y los aguadores.


Por lo tanto, obedezcan las condiciones de este pacto para que sean prosperados en todo lo que hagan.


«Harán congregar al pueblo —dijo el Señor—, hombres, mujeres y niños, y extranjeros que viven entre ustedes, para que oigan las leyes de Dios y aprendan a hacer su voluntad, a fin de que reverencien al Señor tu Dios y obedezcan sus leyes.


No añadan otras leyes ni quiten ninguna de las que ahora les doy. Pónganlas en práctica, porque se las ha dado el Señor su Dios.


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