Josué 7:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 20085 Unos treinta y seis israelitas murieron durante el ataque, y muchos otros murieron mientras huían perseguidos por los hombres de Hai por toda la bajada hasta Sebarim. El pueblo israelita se paralizó de temor ante estos acontecimientos. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19605 Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente5 persiguieron a los israelitas desde la puerta de la ciudad hasta las canteras y mataron como a treinta y seis que iban en retirada por la ladera. Los israelitas quedaron paralizados de miedo ante esto, y su valentía se desvaneció. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)5 La gente de Aí les mataron como treinta y seis hombres y luego los persiguieron desde la puerta de la ciudad hasta Sebarim. En la bajada los masacraron. Presa del miedo, el pueblo se desanimó. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion5 Y los hombres de Hai hirieron a unos treinta y seis hombres, y los persiguieron desde la puerta hasta Sebarim,° y los derrotaron en la bajada; y el corazón del pueblo se derritió, y se hizo como agua. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19755 Los hombres de Ay les mataron unos treinta y seis hombres: los persiguieron desde delante de la puerta hasta Sebarín y los batieron en la bajada. Desmayó el corazón del pueblo y se quedó convertido en agua. Féach an chaibidil |
Cuando te pregunten por qué sufres tanto, diles: “A causa de la espantosa noticia que Dios me ha dado. ¡Cuando se cumpla, aun el corazón del más plantado se derretirá de pavor y perderá toda su fuerza! ¡Todo ánimo se vendrá a los suelos, las rodillas más fuertes temblarán y se volverán endebles como el agua!”. Y el Señor Dios dice: “¡Tu condena ya viene, Israel, mi castigo por tu maldad e infidelidad está por llegar!”».
Cuando las naciones que estaban al oeste del río Jordán (los cananeos y los amorreos que vivían a lo largo de la costa del Mediterráneo) oyeron que el Señor había secado el río Jordán para que el pueblo de Israel pudiera cruzarlo, se les disipó completamente el valor y quedaron paralizados de temor.