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Josué 20:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

4 Cuando el homicida accidental llegue a una de estas ciudades, se presentará ante el consejo de la ciudad, les explicará lo sucedido y ellos lo recibirán y le proporcionarán un lugar para vivir en medio de ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y el que se acogiere a alguna de aquellas ciudades, se presentará a la puerta de la ciudad, y expondrá sus razones en oídos de los ancianos de aquella ciudad; y ellos le recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar para que habite con ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 »Al llegar a una de esas ciudades, el que causó la muerte se presentará ante los ancianos en la puerta de la ciudad y les expondrá su caso. Ellos deberán permitirle la entrada a la ciudad y darle un lugar para vivir entre sus habitantes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El que quiera refugiarse en una de esas ciudades se presentará a la entrada de la puerta de la ciudad. Allí expondrá su caso a los ancianos de la ciudad, y éstos lo acogerán entre ellos en la ciudad y le darán una casa para que viva con ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 El que huya a alguna de esas ciudades, se presentará a la puerta de la ciudad y hablará sus palabras a oídos de los ancianos de aquella ciudad, y ellos lo acogerán en la ciudad y le darán lugar para que habite con ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Huirá, pues, el homicida a una de estas ciudades, se presentará a la entrada de la puerta de la ciudad y expondrá su caso a los ancianos; y éstos le darán asilo en su ciudad y un lugar donde habitar con ellos.

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Josué 20:4
8 Tagairtí Cros  

»Aquellos eran los tiempos en que yo salía a la puerta de la ciudad y tomaba mi sitio entre los ancianos honorables.


Sus hijos son estafados, y nadie los defiende.


No me dejes sufrir la misma suerte de los pecadores; no me condenes junto con los asesinos.


Su esposo es bien conocido en la comunidad, pues se sienta entre las autoridades de la ciudad.


Cuando el etíope Ebedmélec, importante oficial del palacio, oyó que Jeremías estaba en la cisterna,


De estas dos cosas que no pueden cambiarse y en las que es imposible que Dios mienta, recibimos un gran consuelo los que ahora acudimos a él en busca de su protección y confiados en la esperanza que nos ha dado.


Si un hombre mata a otro accidentalmente, puede ir a una de estas ciudades y quedar protegido de los parientes del muerto, que podrían tratar de vengarse y matarlo.


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