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Job 39:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

5 »¿Quién hace montaraces a los burros salvajes?

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Biblia Reina Valera 1960

5 ¿Quién echó libre al asno montés, Y quién soltó sus ataduras?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 »¿Quién le da libertad al burro salvaje? ¿Quién desató sus cuerdas?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 ¿Quién dejó en libertad al burro salvaje y soltó sus amarras?

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 ¿Quién dio al asno montés su libertad? ¿Quién soltó las ataduras del onagro,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 ¿Quién dejó en libertad al onagro? ¿Quién soltó las ataduras al asno salvaje?

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Job 39:5
13 Tagairtí Cros  

Ismael será un hombre rebelde, como un potro salvaje. Peleará contra todos, y todos pelearán contra él; pero vivirá cerca de sus hermanos.


»Isacar es fuerte bestia de carga que descansa entre las alforjas.


El simple hombre tiene tantas probabilidades de ser sabio, como un borriquillo de nacer en forma de hombre.


Como burros monteses en el desierto, los pobres tienen que pasarse todo el tiempo luchando para apenas mantener el alma en el cuerpo. Los mandan al desierto a buscar alimento para sus hijos.


¿Puedes arar con el buey salvaje? ¿Querrá él arar con tu arado?


Sus cabritos crecen en campo abierto, luego abandonan a sus padres para no volver más.


Si el burro montés rebuzna, es que el pasto se le ha agotado; no mugen los bueyes cuando tienen alimento; el hombre se queja cuando su comida está sin sal. Y ¡qué insípida es la clara del huevo cruda! Pierdo el apetito con sólo mirarla; siento náuseas con sólo pensar en comerla.


Ellas suministran agua para todos los animales. Allí apagan su sed los burros salvajes,


Deshabitados quedarán los palacios y las mansiones, y vacías las ciudades populosas. Montaraces manadas de burros y cabras pastarán en los montes donde estaban las torres de vigía.


Jadeando como chacales del desierto están los burros monteses en las colinas desnudas; les duelen los ojos buscando hierba que comer, pero no encuentran nada.


¡Eres como burra montés que olfatea el aire en época de celo! ¿Quién podrá refrenar tu lascivia? Ningún burro que te desee necesita buscarte, pues tú corres hacia él.


y fue apartado de la gente. Sus pensamientos eran como los de un animal, y vivió entre los burros salvajes; comía hierba como las vacas y su cuerpo estaba empapado con el rocío del cielo, hasta que por fin reconoció que el Altísimo domina sobre los reinos de los hombres, y que él escoge a quien quiere para reinar sobre ellos.


Se ha quedado sola, como un burro terco y solitario. Ha llevado regalos a los asirios, para suplicarles que le ayuden.


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