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Job 1:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

8 Entonces Dios preguntó al acusador: ―¿Te has fijado en mi siervo Job? No hay otro como él en toda la tierra: hombre perfecto y recto, que me teme y se abstiene de todo mal.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Entonces el Señor preguntó a Satanás: —¿Te has fijado en mi siervo Job? Es el mejor hombre en toda la tierra; es un hombre intachable y de absoluta integridad. Tiene temor de Dios y se mantiene apartado del mal.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Yavé dijo a Satán: '¿No te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él en la tierra. Es un hombre bueno y honrado, que teme a Dios y se aparta del mal.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y dijo YHVH al Acusador: ¿Acaso has puesto tu corazón contra mi siervo Job porque no hay como él en la tierra, varón perfecto y honrado, temeroso de Dios y apartado del mal?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 '¿Has reparado -le dijo Yahveh- en mi siervo Job? No hay otro igual en la tierra. Es hombre íntegro y recto, teme a Dios y evita el mal.'

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Job 1:8
29 Tagairtí Cros  

No hubo otro rey que, en forma tan completa, se volviera al Señor, y siguiera todas las leyes de Moisés; y ningún rey desde el tiempo de Josías ha sido tan obediente al Señor.


En cambio, los gobernadores que habían estado antes de mí habían exigido alimento, vino y cuatrocientos ochenta gramos de plata, y habían puesto la población a merced de sus ayudantes, quienes los maltrataban. Pero yo obedecí a Dios y no actué de esa manera.


En la tierra de Uz vivía un hombre llamado Job, hombre bueno que temía a Dios y se abstenía de lo malo.


»Yo, que imploraba ayuda de Dios y de Dios obtenía respuesta, me he convertido en hazmerreír de mis vecinos. Sí, yo, varón justo, soy ahora objeto de burla.


Llegaron nuevamente los ángeles a presentarse ante el Señor, y con ellos el ángel acusador.


―Bien, ¿te fijaste en mi siervo Job? —preguntó el Señor—. Es el mejor hombre de toda la tierra; hombre que me teme y se abstiene de todo mal. Ha mantenido su fe en mí no obstante haberme incitado tú a que te dejara perjudicarlo sin causa alguna.


Si Dios retirara su espíritu,


»¡Pero fíjate! Dios no rechaza al hombre bueno ni hace prosperar al malhechor.


Hice cuanto pude por guardarlas todas, y me abstuve de hacer el mal.


Apártense del mal y hagan el bien. Procuren vivir en paz con todo el mundo; esfuércense en ello.


En el fondo del corazón de los malvados acecha el pecado. No tienen temor de Dios que los refrene.


De modo que si quieres tener siempre donde vivir, abandona tus costumbres malas y vive en santidad.


Porque el Señor es nuestra luz y nuestra protección. Él nos da gracia y gloria. Ningún bien se les negará a quienes hagan lo que es justo.


¡Es mi siervo David! Lo he ungido con mi aceite sagrado.


El que teme al Señor aborrece el mal; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el hablar perverso.


¡Oh, lávense, límpiense! Que no les vea yo nunca más cometer esas maldades; dejen sus malos caminos.


Vean a mi Siervo, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien me deleito. En él he puesto mi Espíritu, él mostrará lo que es justicia a las naciones del mundo.


Me dijo: «Hombre mortal, observa y escucha, presta atención a todo lo que yo te mostraré, porque has sido traído aquí para que yo pueda mostrarte muchas cosas; y luego has de volver al pueblo de Israel para contarles todo lo que has visto».


y no le gustó el comentario de ambos, porque Moisés era el hombre más humilde del mundo, e inmediatamente convocó a Moisés, a Aarón y a Miriam al santuario: ―Vengan aquí los tres —ordenó. Entonces se presentaron ante el Señor.


Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, dijo: ―Aquí viene un verdadero israelita, en el que no hay engaño.


«Ahora que Moisés mi siervo ha muerto, tú conduce a mi pueblo a través del río Jordán y hazlo entrar en la Tierra prometida.


Solamente si te esfuerzas y eres valiente para obedecer al pie de la letra la ley que Moisés te dio triunfarás en todo lo que hagas.


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