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Jeremías 9:19 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

19 Escuchen a Jerusalén llorando desesperada: «¡Estamos arruinados! ¡Nos ha sobrevenido el desastre! ¡Tenemos que abandonar nuestra patria y nuestros hogares!».

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Biblia Reina Valera 1960

19 Porque de Sion fue oída voz de endecha: ¡Cómo hemos sido destruidos! En gran manera hemos sido avergonzados, porque abandonamos la tierra, porque han destruido nuestras moradas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Escuchen a los habitantes de Jerusalén llorando desesperados: “¡Estamos arruinados! ¡Estamos totalmente humillados! Tenemos que abandonar nuestra tierra, porque derribaron nuestras casas”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Ustedes, mujeres, escuchen la palabra de Yavé, reciban sus oídos la palabra de su boca, enseñen a sus hijas este canto fúnebre, y, unas a otras, esta lamentación:

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Porque de Sión fue oída voz de endecha: ¡Cómo hemos sido destruidos! ¡Cómo hemos sido avergonzados! Hemos tenido que abandonar la tierra, Y nuestras moradas han sido destruidas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Escuchad, pues, mujeres, la palabra de Yahveh, y reciba vuestro oído la palabra de su boca; enseñad a vuestras hijas el lamento y unas a otras la elegía:

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Jeremías 9:19
20 Tagairtí Cros  

Escúchenme, mujeres que viven en la ociosidad, escúchenme y les diré su recompensa:


Entonces el Señor me dijo: Aun si Moisés y Samuel vinieran ante mí a rogarme por este pueblo, yo no les ayudaría. ¡Fuera con ellos! ¡Échalos de mi presencia!


¿Por qué se ha convertido Israel en nación de esclavos? ¿Por qué lo conquistan y lo llevan lejos? ¿Acaso nació para eso?


Y ese viento es la imagen del enemigo, quien se dejará venir sobre nosotros como si fuera viento de tormenta. Sus carros de guerra parecerán un torbellino, sus caballos son más veloces que las águilas. ¡Ay de nosotros, pues no tenemos ninguna posibilidad de salir bien librados ante semejante ejército!


¡Arremeten con todas sus fuerzas dejando destrucción por todos lados! Súbitamente, en un abrir y cerrar de ojos, destruyen las casas y saquean las pertenencias.


¡Y los echaré de mi presencia tal como lo hice con sus hermanos, los del pueblo de Efraín!


¿Es a mí a quien perjudican?, pregunta el Señor. ¡A sí mismos es a quien más dañan, para vergüenza suya!


¡Oh Jerusalén, rápate la cabeza en señal de vergüenza y llora solitaria sobre los montes, porque el Señor ha rechazado y abandonado a este pueblo, quien ha provocado su enojo!


«¡Apártense!», la gente les grita. «¡Están inmundos, no nos toquen!». Entonces huyen a tierras lejanas y andan errantes entre extranjeros, pero nadie les permite quedarse.


Nuestras posesiones ahora las tienen extranjeros, nuestras casas son habitadas por forasteros.


«Hombre mortal, canta esta triste canción por Tiro:


Toda esa tierra está contaminada con este tipo de cosas. Por eso voy a castigar a los pueblos que allí viven, y los expulsaré.


No deben hacer estas cosas, o los expulsaré de la tierra, del mismo modo que arrojaré a las naciones que allí viven ahora.


»Guarden, pues, todas mis leyes y ordenanzas, para que no los arroje de la nueva tierra.


¡Levántense! ¡Márchense de aquí, pues este ya no es un lugar seguro para vivir! ¡Voy a destruir este lugar a consecuencia de las muchas maldades que ustedes cometen! ¡Recibirán altos intereses por la cantidad de maldades acumuladas!


Cuando llegue ese día, la gente se burlará de ustedes y les dedicarán este triste canto: “¡Estamos acabados, arruinados! Dios nos ha quitado nuestras tierras y se las ha dado a otros, quienes se las reparten echando suertes, y a nosotros nos ha enviado a vivir muy lejos de nuestro país”».


Andarás a tientas al mediodía, de la manera que un ciego anda en la oscuridad. No prosperarás en nada de lo que hagas, serás oprimido y despojado continuamente, y nada podrá salvarte.


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