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Jeremías 9:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

12 ¿Quién tiene suficiente inteligencia para entender todo esto? ¿Dónde está el mensajero del Señor que pueda explicar lo que pasó? ¿Por qué está tan desolado el país, al punto de que nadie se atreve a viajar por él?

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Biblia Reina Valera 1960

12 ¿Quién es varón sabio que entienda esto? ¿y a quién habló la boca de Jehová, para que pueda declararlo? ¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada como desierto, hasta no haber quien pase?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 ¿Quién tiene suficiente sabiduría para entender todo esto? ¿Quién ha sido instruido por el Señor y puede explicárselo a otros? ¿Por qué ha sido tan arruinada esta tierra que nadie se atreve a viajar por ella?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Yavé lo ha dicho: Es que han abandonado mi Ley, que les había dado; no han oído mi voz ni la han seguido,

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 ¿Quién es el hombre sabio que entienda esto? ¿Y a quien ha hablado la boca de YHVH, Para que lo declare? ¿Por qué ha perecido la tierra, Ha sido abrasada como el desierto, y no hay quien pueda pasar?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Yahveh respondió: porque abandonaron mi ley, la que yo puse delante de ellos, no oyeron mi voz ni caminaron de acuerdo con ella,

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Jeremías 9:12
22 Tagairtí Cros  

y transformó la tierra fértil en terrenos salitrosos, por la maldad de sus habitantes.


Quien sea sabio, que entiende estas cosas y vea el gran amor del Señor.


¿No hay entre ustedes siquiera uno que saque enseñanzas de estas lecciones del pasado y vea la ruina que les espera?


El país está lleno de adulterio y la tierra hasta parece maldita, completamente reseca. Las personas sólo piensan en cometer maldades, siempre actuando tramposamente.


Esta es mi advertencia a mi pueblo, dice el Señor de los ejércitos: No escuchen a esos falsos profetas cuando les profeticen, llenándolos de falsas esperanzas. Son unos embaucadores, inventan todo cuanto dicen, no son portavoces míos.


Si fueran míos, tratarían de apartar a mi pueblo de sus malos caminos.


Cuenten estos falsos profetas sus sueños, y que mis genuinos mensajeros proclamen fielmente cada palabra mía. ¡Ustedes se darán cuenta entonces que hay mucha diferencia entre la paja y el trigo!


¡Escuchen, oh mujeres llorosas, las palabras del Señor! Enséñenles a gemir a sus hijas y vecinas, enséñenles los cantos funerarios porque los van a necesitar.


Estarán de acuerdo, cuando se encuentren con ellos, de que con toda razón se están haciendo todas estas cosas a Israel».


Todo aquel que es sabio y prudente entenderá estas cosas. Todo aquel que es inteligente, que escuche y siga mis consejos. Pues los senderos del Señor son verdaderos y justos, y las personas buenas caminan por ellos. Pero la gente mala se pierde en sus propios malos pasos.


Comerán, pero quedarán con hambre; fornicarán con sus amantes, pero no tendrán hijos. Esto les acontecerá porque me han abandonado y han rendido homenaje a otros dioses.


¡Lloren, labradores! ¡Sollocen, viñadores! ¡Pues se perdieron las cosechas del trigo y la cebada!


«He acabado con muchas naciones, he derribado sus grandes fortalezas, he dejado sus calles solitarias, de modo que nadie anda por ellas. He arrasado por completo sus ciudades y ni un solo habitante ha quedado en ellas.


»Por lo tanto, cuando vean que aparece en el Lugar Santo la desoladora impureza de que habla el profeta Daniel (¡preste atención el lector!),


¡Oh, si tuvieran sabiduría! ¡Oh, si tuvieran entendimiento! ¡Oh, si supieran el fin que les espera!


Bendito el que lee esta profecía y benditos los que la oyen y le hacen caso, porque la hora de su cumplimiento se aproxima.


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