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Jeremías 50:34 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

34 Pero el Liberador de ellos es fuerte. Se llama Señor de los ejércitos. Él será su abogado y se encargará de que obtengan libertad y regresen a vivir tranquilos en Israel. ¡Pero los babilonios no tendrán reposo!

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

34 El redentor de ellos es el Fuerte; Jehová de los ejércitos es su nombre; de cierto abogará la causa de ellos para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Pero el que los redime es fuerte. Su nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales. Él los defenderá y nuevamente les dará descanso en Israel. ¡Pero para la gente de Babilonia no habrá descanso!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Pero su Redentor es poderoso, su nombre es Yavé de los Ejércitos. El ha tomado la defensa de su causa; dará paz al mundo, pero hará temblar a los habitantes de Babilonia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Pero su Redentor es el Fuerte: YHVH Sebaot es su nombre. Él defenderá eficazmente la causa de ellos, A fin de sosegar la tierra y turbar a los moradores de Babilonia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Pero su redentor es poderoso, Yahveh Sebaot es su nombre. Juzga con acierto su causa, para tranquilizar al mundo e intranquilizar a los habitantes de Babel.

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Jeremías 50:34
32 Tagairtí Cros  

óyelos desde el cielo donde vives y ayúdalos, y perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti.


Yo sé que mi redentor vive, que al fin estará de pie sobre la tierra.


Señor, defiéndeme de los que me atacan; combate a los que me combaten.


¡Oh Dios, defiéndeme de las acusaciones de estos implacables hombres mentirosos!


Por lo tanto, diles a los descendientes de Israel que usaré todo mi poder y realizaré grandes milagros, para sacarlos de la esclavitud y hacerlos libres.


Porque defensor suyo es el Señor, y él lastimará a quienes los lastimen.


porque su Defensor es muy poderoso, él mismo será tu acusador.


Aunque seas despreciado, no temas, oh Israel, porque yo te auxiliaré. Yo soy el Señor, tu Redentor; yo soy el Santo de Israel.


El Señor, su Redentor, el Santo de Israel dice: Por el amor que les tengo a ustedes enviaré contra Babilonia un ejército invasor que penetrará casi sin recibir daño alguno. Las jactancias de los babilonios se volverán gritos de dolor.


El Señor, el Rey de Israel dice, sí, el Redentor de Israel, el Señor Todopoderoso es quien lo dice: Yo soy el primero y el último, no hay otro Dios.


Así dice nuestro Redentor, el cual salvará a Israel del gran poder de Babilonia, el Señor Todopoderoso es su nombre, el Santo de Israel:


Pero el Señor dice: Hasta los cautivos del más poderoso y terrible tirano serán liberados, porque yo combatiré a quienes los combaten y salvaré a sus hijos.


el Señor su Dios, el mismo que defiende a su pueblo: ¡Ya no volveré a tratarlos con ira, ni a castigarlos con severidad! ¡Todo eso se ha terminado!


porque tu Creador será el «esposo» tuyo. Señor Todopoderoso es su nombre; él es tu Redentor, el Santo de Israel, el Dios de toda la tierra.


¡Qué diferente es el Dios de Jacob, él es el Creador de todo, e Israel es su nación elegida. Señor de los ejércitos es su nombre.


Sí, sin falta te libraré de estos malvados y te rescataré de sus despiadadas manos.


Sus hijos prosperarán como lo hicieron en el pasado; toda la comunidad estará muy firme y en buena relación conmigo, y yo castigaré a todos los que los perjudiquen.


El Señor salvará a Israel de quienes son demasiado fuertes para ellos.


El Señor que nos da la luz del sol en el día y la luna y las estrellas para que iluminen la noche, y que agita el mar para formar rugientes olas —Señor de los ejércitos es su nombre— dice así:


Eres amoroso y bondadoso para con millares de personas y sin embargo, los hijos y las hijas sufren las consecuencias de las faltas cometidas por sus padres. Tú eres el grande y poderoso Dios, el Señor de los ejércitos.


Pero ahora Moab tiene que ser destruido; ya viene su destructor. La flor de su juventud está destinada a la matanza, dice el Rey, el Señor de los ejércitos.


¡Pero el Dios de Israel no es un ídolo! Él hizo todo lo que existe, e Israel es la nación suya; su nombre es: Señor de los ejércitos.


Y el Señor responde: ¡Yo seré el abogado de ustedes, yo defenderé su causa, yo los vengaré! Les voy a secar su río, sus fuentes de agua,


¡Oh Señor, tú eres mi defensor! ¡Defendiste mi causa, pues tú has librado mi vida de la muerte!


El Señor los conduce con su voz de mando. El suyo es un poderoso ejército, con innumerables batallones que siguen sus órdenes. El día del juicio del Señor es algo terrible y pavoroso. ¿Quién podrá mantenerse en pie?


Retuércete y gime en medio de tu terrible dolor, pueblo de Israel, como una mujer que está a punto de dar a luz, porque tendrás que dejar esta ciudad y vivir en descampado. Serás llevada en exilio a Babilonia. Pero de allí el Señor te rescatará y te librará del poder de tus enemigos.


Soportaré con paciencia mientras el Señor me castiga, porque reconozco que actué muy mal y lo ofendí. Pero estoy seguro de que luego él me defenderá de todos mis enemigos, y los castigará por todo el mal que me han hecho. Dios me sacará de las tinieblas a la luz, y me permitirá disfrutar de nuevo sus actos de bondad.


Por tanto, ¡en un solo día caerán sobre ella peste, llanto y hambre, y al final la consumirá el fuego! ¡Poderoso es el Señor Dios que la juzga!».


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